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Reportaje:

"Un negocio que salió regular"

Cristina Hoyos busca un socio para no tener que vender su museo de baile

El reciente anuncio de la puesta en venta del Museo de Baile Flamenco de Sevilla ha abierto la caja de los truenos en la capital. El museo pertenece a Cristina Hoyos, una artista que, con sus viajes por el mundo, ha hecho que el flamenco trascienda fronteras. La bailaora se considera una "persona luchadora". "En el colegio me dijeron: 'tú no puedes ser artista'. Yo tenía 12 años. Dejé el colegio. Y aquí estoy y sigo bailando hasta que el cuerpo aguante", contaba Hoyos en 2006 en la presentación de su biografía, escrita por Juan Manuel Suárez Japón y publicada por la Fundación José Manuel Lara.

Su capacidad de lucha se está poniendo a prueba estos días. La bailaora pide por el inmueble del museo 5.997.000 euros. El museo, abierto desde abril de 2006, supuso una inversión de 5,1 millones de euros. Un total de 881.459 euros fueron aportados por la Junta, el Ministerio de Cultura y el Ayuntamiento de Sevilla.

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La empresa debe abonar 3,5 millones de euros por un crédito
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El museo de Cristina Hoyos seguirá, de momento, abierto

Tina Panadero, sobrina de Hoyos y directora gerente del museo, recalca que éste "es un negocio privado que ha salido regular". "Cristina Hoyos está ahora en China [en una gira] abriendo puertas. Cristina regresa de China el 12 de diciembre", explica Panadero, que afirma que la empresa "está abierta a varias opciones, entre ellas la venta del edificio o encontrar un socio". "Sería peor cerrarlo. El museo seguirá aunque vendamos el edificio. Y si se vende y el nuevo dueño no quiere que siga abierto, lo convertiremos en un museo itinerante. Si Mahoma no va a la montaña que la montaña vaya a Mahoma", asevera Panadero.

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El museo presenta espectáculos todos los días, salvo los domingos. Cuenta con media docena de empleados y prevé cerrar el año con 20.000 visitas. Abierto de 9.00 a 19.00, sus precios de entrada oscilan entre los seis y los diez euros. El museo está situado en pleno centro histórico de Sevilla. Consta de un sótano preparado para talleres, exposiciones, clases de baile y otras actividades. En el patio se ofrecen espectáculos con bailaores y se busca un ambiente de tranquilidad para tomarse un café.

La primera planta, que es el corazón del museo, juega con las más modernas posibilidades de sonido e imagen e invita al visitante a introducirse en la evolución del flamenco, en los palos y en la historia del arte jondo. Finalmente, la segunda planta es un recinto dedicado a exposiciones.

Tras el anuncio de la venta, el portavoz de Cultura del PP en el Parlamento andaluz, Antonio Garrido, denunció el "magnífico negocio" del museo. Garrido arremetió en otras ocasiones contra el que considera trato de favor de la Junta y el Ayuntamiento. El PP incluye a Hoyos entre las artistas del "club de beneficios asegurados" y la considera como una de las más implicadas en la defensa de la política socialista. El portavoz de Cultura del PP recalcó que "ojalá todas las empresas andaluzas tuvieran ese trato". Garrido afirmó que "así se pueden hacer negocios, sin arriesgar y sin exponer".

La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa aportó al museo 537.000 euros (de ellos el 70% corresponden a fondos Feder de la Unión Europea; el 30% vienen de las arcas andaluzas). La Junta señala que si la bailaora vende el edificio y la actividad del museo continúa, no debería devolver el dinero. Pero si vende el inmueble y desaparece el museo, si tendría que devolver una parte de la subvención.

Los fondos Feder obligan a mantener la actividad un mínimo de cinco años. El museo funciona desde hace tres. Por lo que, en el caso de su desaparición, Cristina Hoyos debería reintegrar una parte proporcional. Con todo, desde la Junta se insiste en que se está en el terreno de la hipótesis, ya que, de momento, el museo sigue funcionando.

La sobrina de Cristina Hoyos hace votos por que "venga un socio maravilloso". "Hemos hablado con fundaciones. Por ejemplo, con la Fundación Cristina Heeren. Y hemos hablado con un montón de gente", dice Panadero. "El edificio costó 130 millones de pesetas a través de un crédito. Hemos invertido nuestro patrimonio. El crédito venía avalado por la casa de Cristina Hoyos y la mía. La Junta no nos ha regalado nada. Faltan de pagar 3,5 millones de euros del crédito. Es un museo privado creado con dinero privado. Podemos hacer lo que queramos con él. No podemos hipotecar toda nuestra vida para sacar adelante un proyecto que se hunde. Le he dedicado tres años de mi vida. No he fregado más copas ni he hecho más bocadillos en mi vida que con este museo", relata Panadero.

La directora gerente se queja de las obras que han dificultado la accesibilidad al recinto durante meses. "No podías llegar a la calle con un coche de caballos", evoca. La sobrina de la bailaora lamenta también que otras iniciativas culturales hayan recibido más apoyo institucional. "¿Por qué tienen dos varas de medir? Cristina no tiene ningún carné de ningún partido político. Cuando el PSOE estaba como una mierda en 1996, dijo que era socialista. Y eso lo saben los socialistas", concluye Panadero.

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