El rechazo a la fusión de las cajas divide al gobierno local de Vigo

El cierre de filas del PP vigués con Feijóo quedó de manifiesto ayer en el pleno de Vigo, donde los populares votaron contra una moción presentada por el alcalde, el socialista Abel Caballero, que expresaba el rechazo a la fusión de las cajas. Caballero tampoco logró el apoyo de sus socios del BNG, que se abstuvieron y sí lograron sacar adelante, por una unanimidad, una iniciativa suya, un calco de la moción que hace unas semanas aprobaron los tres grupos del Parlamento gallego: que el centro de decisión de las cajas se mantenga en Galicia y que se apruebe una nueva ley para regularlas. La declaración del alcalde sólo fue votada por el PSOE. El portavoz del PP, José Manuel Figueroa, acusó al regidor de "demagógico" y de caer en "un localismo trasnochado".

"Está usted solo, incluso en su partido", le espetó el portavoz popular

Caballero proponía instar a la Xunta "a que no obstaculice y permita a Caixanova desarrollar su proyecto empresarial autónomo, estable, solvente y eficiente" y que "mantenga su identidad como institución financiera, su nombre actual e irrenunciablemente su sede en Vigo". Caixanova, dijo el regidor en su defensa de la moción, está capacitada para "seguir aguantando la crisis" con "sólidos datos de solvencia".

Caballero acusó Feijóo, y al PP de defender "los localismos del norte" y de presionar a favor de la fusión con "amenazas a directivos que han tenido la máxima calificación internacional", una valoración ésta destinada, según él, a debilitarse en caso de que se consumara la fusión. El mantenimiento de la denominación Caixanova es la garantía contra la absorción, que es lo que late en la propuesta de fusión, según sostuvo Caballero, quien auguró que la fusión sólo lograría debilitar a ambas entidades financieras.

El BNG dejó claro que no comparte la visión de Caballero. Su portavoz, Santiago Domínguez, defendió que la fusión garantiza que ambas cajas mantengan su entramado económico y su capacidad de decisión en Vigo y A Coruña, "sin menoscabo de la autonomía financiera del norte y del sur". Domínguez echó en falta que no se aludiera en el debate al riesgo de "bancarización de las cajas", la pérdida de su función social, y apostó como prioridad por una alianza entre las dos gallegas que respete la independencia y capacidad de decisión de cada una de ellas. Con ese fin, el portavoz nacionalista estimó imprescindible la intervención de los poderes públicos y criticó la "absoluta indefinición de Feijóo, pendiente sólo de Madrid y desaparecido en este problema". También expresó su desacuerdo con los socialistas porque "Caixanova sigue siendo un referente, pero no su nombre".

"Todos apoyamos a Caixanova, pero está usted solo, incluso en su partido", señaló el portavoz popular, José Manuel Figueroa. Caballero había llegado al debate, dijo, sin argumentos ni datos sólidos, sólo para atacar a Corina Porro y a Feijóo "por un puñado miserable de votos". "Está usted totalmente desnortado en este asunto", dijo, y recordó el apoyo de los tres partidos, los sindicatos y las organizaciones empresariales a la fusión. Acusó a Caballero de "manipular, con el apoyo de José Blanco, al Banco de España para que tome decisiones perjudiciales para Galicia" y de mantener una postura con la que "no habrá ni una ni dos cajas, sino la deslocalización de ambas".