_
_
_
_
Crónica:Copa de Maestros
Crónica
Texto informativo con interpretación

Davydenko derriba a los gigantes

El ruso gana a Del Potro y su triunfo marca el fin del duopolio Nadal-Federer

Carlos El Apache Tévez despierta risitas irónicas cuando coge la raqueta. No es aquí Tévez el internacional de Argentina. No es aquí el futbolista de rompe y rasga. En Londres, tal día como el jueves, Tévez es sólo un tipo en vaqueros que juguetea con Juan Martín del Potro, el tenista con esqueleto de gigante: mide 198 centímetros. Son tiempos de tenis-músculo. Días de tenis-fuerza. De Del Potro a Marin Cilic, pasando por Andy Murray y Jo-Wilfried Tsonga, no hay ni un solo proyecto de gran estrella que no llegue a 1,90 metros. La invasión de pegadores ha tenido un efecto inmediato. Ha muerto la dictadura, ha dicho adiós el gran duopolio. Roger Federer y Rafael Nadal, que desde Roland Garros 2005 hasta Wimbledon 2009 se repartieron todos los títulos grandes (17) menos uno, ya tienen compañía. Está Delpo, campeón del Abierto de Estados Unidos. Está Novak Djokovic, campeón en Australia y maestro de maestros en 2008. Y están también Murray y una ristra de jugadores -Robin Soderling, Fernando Verdasco...- titánicos, con músculos a prueba de bombas. Tantos gigantes había en Londres, todos ellos tan descomunales, que no vieron pasar a un tipo que ayer reivindicó a los tenistas de antes: Nikolay Davydenko, que mide 1,77 metros, venció a Del Potro (6-3 y 6-4) en la final de los maestros.

En 2007 sólo Djokovic y Nalbandian ganaron un 'masters' al español y al suizo
"Hay otro tenis. Restar bien, correr y controlar desde el fondo", resume el campeón
Más información
Multa de 116.000 euros a Serena Williams por mal comportamiento
"Veo un poco tocado anímicamente a Nadal"

"Yo soy más pequeño porque cada día que juego con ellos pierdo un kilo. Ya estoy en los 68", se reía ayer el ruso, un tenista liviano, que juega con patines y se va de Londres con una estadística impresionante: en una semana venció a Federer, el número uno; a Nadal, el dos, y a Del Potro, el cinco; los campeones de torneos grandes en 2009. "Hay un tenis diferente. No hay que jugar sólo el de servicios poderosos. También puedes restar bien, correr y controlar desde el fondo. Todo el mundo puede ser el número uno. No importa cuán alto seas, cuán fuerte o cuán grande. El resto, sin embargo, quizás sea una cuestión de talento", resume Davydenko.

El número siete es un jugador de reflejos: sólo permitió ocho aces a Del Potro, que en las semifinales se apuntó casi una veintena. Davydenko aprovecha las inercias generadas por su juego. Saca en dos tiempos, haciendo palanca con la espalda, que inclina peligrosamente en busca de fuerza. Pega siempre con violentos movimientos de cadera, en golpeo rotatorio, para poner a sus golpes pimienta extra. Y compensa su baja estatura atacando la pelota antes de que llegue al final del bote para dar velocidad al juego. Ayer no estaba Tévez en la grada, pero sí muchos argentinos. "¡Pechofrío!", le gritaban. Si Davydenko tuviera más corazón, no habría quien le parara.

"Viendo lo profundo que es el circuito en cuanto a jugadores", razonó Federer, "acabar en la cima de todos es fenomenal. El Abierto de Australia 2010 nos va a enseñar mucho. Hay muchos jugadores que se han anunciado como candidatos, algunos presentes en Londres, otros no, todos fuertes". En 2007, cuando la rivalidad Nadal-Federer era el vértice alrededor del cual giraba el tenis, sólo Djokovic y David Nalbandian consiguieron arrebatar a los dos mejores tenistas alguno de los nueve masters. Desde entonces, Tsonga, Murray y Davydenko se han añadido a la lista de vencedores y sólo en dos de las nueve ocasiones en las que ganaron se encontraron a uno de los dos mejores en el partido decisivo. Hay otro dato que consolida el movimiento, que arrancó en 2008. En 2009, Federer ha perdido 10 partidos contra rivales situados entre los 10 mejores. Nadal, 11. Djokovic, 12. Hace un año, sin embargo, sólo el suizo tenía peores números en ese apartado: 11, seis y ocho derrotas, respectivamente.

"Son grandes, grandes, jugadores", certifica Del Potro sobre Nadal y Federer, por segundo año consecutivo fuera de la final de los maestros; "simplemente, quiero ser como ellos. Necesito tiempo para mejorar mi juego, mi cuerpo, todo..., pero creo que estoy en el buen camino. Éste fue un masters con la mayoría de partidos a tres sets, lo que da la pauta de que estamos todos a un nivel muy parejo. Hay muy buenos jugadores peleando: Murray, Djokovic, Nadal, Federer...". ¿Qué le falta a Davydenko para unirse a la lista de amenazas? "Que los torneos grandes se jueguen a tres sets y no a cinco. Así, quizás los ganaría todos. Del Potro, por ejemplo, es muy fuerte. Le he ganado por tenis. Es seguro que he jugado mucho mejor que él, pero sé que él puede jugar todos los sets con potencia. Yo necesito tener una muy buena preparación física. En Australia no valdrá con correr dos horas", concluyó el ruso.

Nikolay Davydenko celebra su triunfo sobre Juan Martín del Potro en la Copa de Maestros.
Nikolay Davydenko celebra su triunfo sobre Juan Martín del Potro en la Copa de Maestros.REUTERS

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_