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Reportaje:Información privilegiada | Empresas & sectores

Los desafíos de Brufau

El episodio vivido con el principal accionista obliga al presidente de Repsol a reaccionar

Miguel Ángel Noceda

Apenas con tiempo de digerir las decisiones del consejo de administración que acababa de presidir, Antonio Brufau salió volando hacia Bolivia para cerrar con el presidente del país, Evo Morales, un acuerdo sobre producción de gas. El presidente de Repsol YPF y Morales aprovecharon la ocasión para estrechar unos lazos de amistad y cercanía que subrayan un clima de entendimiento y cooperación mutua. Inmediatamente después, Brufau regresó a Barcelona.

El viaje relámpago merecía la pena porque conviene mantener las buenas relaciones por razones estratégicas y buena convivencia con el dirigente boliviano, quien no hace muchas fechas trajo por la calle de la amargura al grupo español con la amenaza de nacionalizar toda la producción.

El máximo responsable de la gestión de Repsol también aprovechó la ocasión para negar cualquier tipo de negociaciones para vender la filial argentina YPF ni en su totalidad ni parcialmente, después de que aparecieran intereses de grupos asiáticos. En cualquier caso, en una decisión de ese tipo tendría mucho que decir la presidenta del país latinoamericano, Cristina Fernández de Kirchner. Asimismo, ha rechazado la venta de alguna de las participaciones de los yacimientos brasileños, en los que participa con la firma local Petrobras. Precisamente, desinversiones de este tipo son las que le ha pedido el accionista díscolo

Sacyr, del que se da la circunstancia de que además es el principal accionista del grupo, por delante de La Caixa y Petróleos Mexicanos (Pemex).

En el último consejo de administración, su presidente y vicepresidente de Repsol, Luis del Rivero, volvió a reclamar esas ventas con el objeto de obtener ingresos y adecuar, según su entender, la empresa a la situación. Antes de dar su voto para no romper la unanimidad y cumplir el compromiso adquirido con Isidro Fainé, presidente de

La Caixa. Del Rivero también se quejó de la reducción del dividendo en un 19%. Ese recorte de la remuneración fue la mecha que encendió el fuego en el anterior consejo de administración al oponerse los tres representantes del grupo constructor alegando que otras petroleras también han reducido drásticamente sus beneficios pero mantienen los dividendos. En su opinión, compartido por otros miembros importantes del consejo, la reducción puede ocasionar la marcha de algunos fondos de inversión a otras competidoras del sector.

En definitiva, el consejo dejó las aguas momentáneamente en calma. Brufau contaba con el apoyo de La Caixa y Pemex, la tranquilidad del acuerdo de caballeros alcanzado por Fainé con los hombres de Sacyr en el maratón de reuniones y contactos que tuvo la semana pasada. En cualquier caso, el episodio que ha vivido Repsol no deja de ser un toque de atención a Brufau, cuyas relaciones con su principal accionista no han sido todo lo buenas que él desearía. Ha sido un duelo de titanes y en esta ocasión ha tenido que mediar Fainé, entre otras cosas porque Brufau es un hombre de La Caixa y la caja defiende a los suyos. También es una persona muy bien vista por el Gobierno, pero esta vez Moncloa apenas ha movido un dedo, quizá porque la sangre no llegó al río o porque otros se encargaron de que no llegara.

Después de este aviso, el ejecutivo de Mollerussa, con el que el grupo ha experimentado altos crecimientos y ha mantenido la expansión, tiene ahora un desafío por delante. Aunque haya reafirmado las inversiones en los campos suramericanos, cabe la posibilidad de que Repsol plantee para próximas reuniones del consejo adaptar el Plan Estrátegico 2008-2012 como le han sugerido más de un accionista y no solamente los de Sacyr. Y eso llevaría recorte de gastos y desinversiones.

Es lo que quiere el grupo constructor. Suspira por ellas porque lo correspondiente al 20% que posee en el capital aliviaría su carga deudora (12.500 millones de euros, de los que la mitad corresponden a Repsol, por lo que preocupa menos). Lo cierto es que Repsol se ha convertido en el principal activo de Sacyr y que Del Rivero quiere tener mayor control sobre el grupo. -

El abrazo de la concordia

Los presidentes de Bolivia y Repsol YPF se estrecharon la mano efusivamente el jueves en La Paz, con motivo de la firma del acuerdo que multiplicará por siete la producción de gas en cinco años en aquel país. Los otrora "enemigos" parecen mantener ahora buenas relaciones. En el encuentro participaron el ministro de Hidrocarburos, Óscar Coca; el titular de Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB), Carlos Villegas; el director general de Upstream de Repsol, Nemesio Fernández-Cuesta, y el presidente de Repsol Bolivia, Luis García. Brufau explicó a Morales el compromiso de Repsol con la ejecución del plan de desarrollo del Bloque Caipipendi, al sur de Bolivia, con una inversión de unos 400 millones de euros. -

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Sobre la firma

Miguel Ángel Noceda
Corresponsal económico de EL PAÍS, en el que cumple ya 32 años y fue redactor-jefe de Economía durante 13. Es autor de los libros Radiografía del Empresariado Español y La Economía de la Democracia, este junto a los exministros Solchaga, Solbes y De Guindos. Recibió el premio de Periodismo Económico de la Asociación de Periodistas Europeos.
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