"No soy embajador de nada, aporto mi granito de arena"

La idea era hacerle un regalo a los latinoaméricanos de origen vasco, algo así como devolverles una parte de su herencia, al darle un sabor local a las canciones que ellos mismos, sus padres o sus abuelos, llevaron en la maleta cuando optaron por empezar de cero en el nuevo continente. Así, como quien colecciona cromos, con la trikitrixa al hombro y el pasaporte en el bolsillo, Kepa Junkera se lanzó a la búsqueda de las voces más notorias de latinoamérica para que versionaran los clásicos de la canción vasca. Tras visitar once países y colaborar con 82 músicos y cantantes, entre ellos Pablo Milanés y Juanes, el artista vasco culmina así Kalea, la segunda parte de una trilogía iniciada en 2008 con Etxea.

El nuevo disco es un homenaje a los latinoaméricanos de origen vasco

"No soy embajador de nada, sólo aporto mi granito de arena a la tradición con mucho respeto", recalca el artista durante una visita fugaz a San Sebastián para la presentación de su obra, que recibe apoyo financiero de Caja Laboral. "Era imposible llevar a cabo un proyecto tan ambicioso sin apoyo", recalca Junkera. "El futuro está en el respaldo privado. Le permite tener libertad al creador para que no esté pendiente de si está vendiendo o no".

Junkera quiere dejar atrás la polémica desatada el pasado año, cuando recibió una subvención de 702.000 del anterior Gobierno vasco para realizar esta ambiciosa trilogía. 250 músicos -entre ellos, Ruper Ordorika, Txomin Artola y Fermín Muguruza- censuraron los criterios "arbitrarios y escandalosos" y el "agravio comparativo" del Ejecutivo tripartito para concederle dicha cuantía. Posteriormente Euprel, la asociación de promotores musicales vascos, se sumó a las críticas.

No guarda buen recuerdo de esos días en los que vio cómo su nombre se convertía en arma arrojadiza en la arena política."Todo esto me afectó bastante, no era mi intención crear polémica ni sentirme un privilegiado con respecto a los demás", rememora . "Respeto las opiniones, pero a veces se distorsionan las cosas", añade.

El continente americano, desde Alaska hasta Tierra del Fuego, siempre le ha fascinado. El talento musical que alberga no ponía dificil la elección de los artistas: "Con la riqueza del continente, se podía haber hecho un disco en cada ciudad". Chile, México, Colombia, Argentina, Guatemala, Perú, Uruguay, Cuba, Venezuela, Brasil y Nicaragua prestaron a algunos de sus primeras espadas de la canción para el proyecto.

Junkera recuerda con cariño que el Txoria Txori de Mikel Laboa parecía destinado al cantautor cubano Pablo Milanés: "Sabía que le gustaba. Primero grabamos con un pianista en Rio de Janeiro y Pablo grabó la voz en su estudio en La Habana". También resalta la importancia para su aprendizaje musical el trabajar con productores locales como el argentino Lito Vitale.

Las 24 canciones de este doble disco cuentan también con la participación de Lila Downs, Barbatuques, Patricia Sosa, León Giego, Ximena Sariñana, Pedro Aznar y Sandra Milhanovic, entre otros artistas latinoamericanos. Junkera ya prepara también la tercera parte de la trilogía, Herria, en la que colaborará con artistas de Estados Unidos, Marruecos o Turquía.