El obispado de Lugo demanda a sus feligreses en Santiso
Los curas pretenden apropiarse del campo de la fiesta de Ribadulla
El Obispado de Lugo ha llevado a los juzgados a sus feligreses de la parroquia de Ribadulla, en Santiso. Los curas pretenden dirimir así, por la vía penal, la propiedad del campo de la fiesta de la localidad, de 2.462 metros cuadrados. La controversia entre los vecinos y los religiosos se originó hace un año, cuando los parroquianos abortaron una venta de la casa rectoral, que incluía el campo de la fiesta, por parte del Obispado. La oposición vecinal y el miedo del párroco llevaron al prelado de la diócesis, Alfonso Carrasco Rouco, a dejarlos sin misa y a cerrar el templo. Hasta el lugar se trasladaron entonces dos sacerdotes de la zona para dar lectura a un comunicado que ofendió, y mucho, a los feligreses. En él los informaba del cese temporal de la actividad eclesiástica.
Más de 60 vecinos deberán declarar en el juzgado de Arzúa en diciembre
Desde entonces, pasaron por Ribadulla hasta tres sacerdotes diferentes, de los que uno murió y el otro fue rechazado por los feligreses. Los oficios religiosos acabaron por regularizarse, pero las desavenencias no concluyeron. El Obispado insiste en la titularidad del campo de la fiesta y ha demandado a todos los vecinos, al instar una "acción declarante de propiedad" ante el juzgado de Arzúa. Hasta allí se tendrán que desplazar, el próximo 10 de diciembre, más de 60 ribadullenses demandados nominalmente por el Obispado. Participarán en una audiencia previa.
Los denunciados son todos los que en su día vendieron a la asociación de vecinos los terrenos ahora en litigio. Es más, en un principio la demanda incluía a 57 vecinos, pero como consecuencia del fallecimiento de uno de ellos, la diócesis luguesa no dudó en ampliar la cita judicial a sus herederos. Luís García, uno de los portavoces de la asociación vecinal, reconoce que incluso tienen problemas para encontrar testigos: "Somos tantos los denunciados que casi no queda nadie para testificar".
Obispado y vecinos ya se encontraron en un fallido acto de conciliación. La diócesis reclamaba entonces la propiedad y el envío de un comunicado a varios periodistas y medios de comunicación en el que se debería dar cuenta de la resolución del acto conciliatorio, reconocer que los bienes pertenecían a la Iglesia católica y que nunca había existido chantaje.
Aquella exigencia no se traslada ahora a la demanda, pero la diócesis de Carrasco Rouco iniste en reclamar la titularidad de los terrenos. Para ello, el Obispado exhibe una escritura, hasta ahora desconocida para los vecinos, de 1967, cuando esta parroquia quedó parcialmente inundada por el embalse de Portodemouros. Esta prueba la rebaten los habitantes de Ribadulla con documentación catastral a su nombre y una escritura pública que recoge la venta del campo de la fiesta a la asociación de vecinos por parte de personas que viven en la aldea. Incluso cuentan con una referencia notarial en la que el terreno en litigio aparece consignado como la finca 5004 dentro del polígono 502 a nombre de la Asociación de Vecinos de Ribadulla-Santiso. Un informe del Ayuntamiento vinculado al Plan Xeral de Ordenación Municipal también ratifica la titularidad vecinal.
La resolución inicial le corresponderá al juzgado de Arzúa, aunque expertos en este tipo de pleitos sostienen que prima el "derecho de posesión" por encima de los documentos. Y en ese aspecto, los parroquianos de Ribadulla, si es que queda alguno que pueda declarar, lo tienen muy claro: la propiedad es únicamente suya. Allí celebran su verbena cada primer domingo de agosto; se reúnen en animadas jornadas gastronómicas y hace pocos días congregaron a más de cien personas para dar cuenta del proverbial magosto de noviembre.
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