La Gran Vía, a vista de halcón
El primer mapa cenital de la céntrica arteria conmemora el centenario de la calle
La Gran Vía, arteria madrileña que late pletórica de modernidad desde el arranque de su construcción en 1910, puede ya ser contemplada a vista de pájaro. Un mapa cenital que abate sus fachadas y da noticia de sus principales inquilinos, comercios y hoteles, acaba de ser dado a la imprenta. Guiará a paseantes y curiosos por su enjundiosa trama y conmemorará su inminente centenario.
El plano surge de una idea del escritor y periodista Alfredo Amestoy, presidente de la Asociación de Amigos de la Gran Vía. La idea ha sido aplicada por el arquitecto Miguel Oriol, que acaricia el propósito de transformarla en un vergel con sabor iberoamericano. Las fotografías pertenecen a Marie Renard.
El plano informa de cada edificio, de sus moradores, cines, hoteles y comercios
Los mejores arquitectos de la capital construyeron en la zona
De momento, el mapa permitirá recorrer la Gran Vía y conocer muchas de las maravillas arquitectónicas que exhibe, con obras de arquitectos como Juan de Villanueva; Ignacio de Cárdenas; Emilio Laredo, los franceses Fevrier; Secundino Zuazo, Luis Gutiérrez Soto, Pedro Muguruza o Luis Feduchi, entre otros. El mapa se distribuirá entre turistas y paseantes locales para facilitarles, con información, su recorrido. El proyecto ha recibido un empujón del Patronato Madrileño de Turismo.
Muchos de los tesoros de esta gran arteria le son revelados al usuario, a quien se le sitúa en la misma atalaya visual del halcón peregrino que, desde años atrás, se enseñorea de su cielo y anida en la cúspide de la torre de la Telefónica. "Ha dejado sin palomas los dos primeros tramos de la Gran Vía entre Alcalá, la Red de San Luis y la plaza del Callao", comenta con una sonrisa Amestoy, desde hace cinco años al frente de la asociación madrileña que creara hace tres lustros Pedro Rodríguez Ponga, de 96 años, síndico de la Bolsa.
El asunto del halcón de la Gran Vía no es una leyenda urbana: expertos en aves señalan que el predador ha identificado el rascacielos con los farallones acantilados de Rivas Vaciamadrid, que flanquean el río Jarama, donde anidan aún parientes suyos no tan despistados.
"Tomé la idea del mapa cenital de la Gran Vía de algunos alzados semejantes en Londres, concretamente de Covent Garden", explica Amestoy. "El propósito consiste en abatir sobre el plano las fachadas de todos los edificios de la calle para hacerlos visibles al público desde arriba", señala Miguel Oriol. Y añade: "Una serie de ventanas se abre sobre cada edificio singular y en ellas se da noticia de su historia, arquitectura, estilo, inquilinos conocidos, hoteles, cines y comercios".
La cartografía se pliega en acordeón. Su despliegue va dando al lector claves de la gran calle, que alberga construcciones tan señeras como el Oratorio de Caballero de Gracia; los edificios Metrópolis, Madrid-París -que aloja la cadena SER- o el achaflanado Carrión, que alberga el cine Capitol; el Palacio de la Música; el cine Coliseum; el Círculo Mercantil; el Casino Militar; La Gran Peña; los hoteles Gran Vía y Senator; la joyería Grassy; o los bares El Abra y Chicote, de singular reputación.
Numerosas anécdotas aderezan la historia de la arteria madrileña, corazón del espectáculo y de los negocios. Algunas de ellas las narra el periodista en el relato que acompaña el mapa, cuya publicación -que será presentada mañana a las 13.00 en el Casino Militar- entiende como "un homenaje al inminente centenario de la Gran Vía", que se conmemora en 2010.
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