El PSOE tiene que pedir permiso al PNV para adelantar la transferencia de empleo
El acuerdo entre ambas formaciones prevé la cesión para septiembre de 2010
Demostrado. El PSOE se comprometió a pactar con el PNV cualquier posible adelanto de la transferencia de las políticas activas de empleo respecto a la fecha de septiembre de 2010 acordada por ambos partidos. Así lo acredita un documento que avala la información de EL PAÍS, en su edición del pasado domingo. "Si esta transferencia se llevase a cabo antes de septiembre de 2010, lo será previo acuerdo con el Grupo Parlamentario Vasco en el Congreso de los Diputados". Una exigencia ratificada plenamente ayer en ETB por el portavoz jeltzale en la Cámara Baja, Josu Erkoreka, quien la enmarcó en la negociación de los Presupuestos del Estado.
No es el único requisito que forzó el partido nacionalista durante la negociación. El texto establece también la obligación por parte de los socialistas de avisar al PNV, "cuando menos, con una semana de antelación", de las decisiones adoptadas por el Ejecutivo de Zapatero sobre la transferencia, así como la exigencia de "informarle puntualmente" acerca de la negociación entablada entre los Gobiernos central y autonómico para zanjar la cuestión. Compromisos que echan por tierra el previsto traspaso de la competencia para el próximo 1 de enero, según anunciaron públicamente el vicepresidente tercero del PSOE, Manuel Chaves, y el propio lehendakari, Patxi López.
"Formó parte de la negociación de los Presupuestos", confirma Erkoreka
"Persiguen más el rédito político que el interés social", critica Pastor
La jugada es doble por parte del partido nacionalista. Por un lado, con el retraso consigue minar la credibilidad del nuevo Ejecutivo vasco e impide que se apunte el jugoso tanto que supondría lograr la transferencia de las políticas activas de empleo, probablemente la más importante que mantiene pendiente el Estatuto de Gernika, con apenas medio año de gobierno. Por otro, se garantiza que la competencia se traspasará en su más amplio sentido y "no devaluada". "De no ser así, lo denunciaríamos en Euskadi y en Madrid", advirtió ayer, Josu Erkoreka. El portavoz peneuvista en el Congreso reconoció públicamente el acuerdo con el PSOE, que hasta ahora no había trascendido, y advirtió que, de no haber exigido el aplazamiento de la transferencia como condición, hubieran recurrido a "otra distinta de igual o más valor".
El representante jeltzale criticó a López por "jugar con una imagen confusa, porque no es capaz de llevar a cabo la transferencia en los términos que requiere el Estatuto". "El problema está en que el Gobierno vasco actual se plegará probablemente a los requisitos que ponga Madrid y aceptará algo que nosotros no hemos hecho durante 30 años", incidió. Tan seguro se mostró de su acusación que incluso se confesó partidario de traspasar la competencia "mañana mismo", si ello no supone que llegue desvirtuada. Ahora la pelota está en el tejado del lehendakari después de desvelarse este acuerdo que, sin duda, golpea sus intereses.
Las declaraciones de Erkoreka encontraron respuesta horas después en boca del portavoz del PSE, José Antonio Pastor, quien acusó al PNV de perseguir "el rédito político más que el interés de los ciudadanos" con el intento de retraso. "Da la sensación de que lo único que les preocupa no es tanto que la transferencia llegue de forma adecuada Euskadi, sino intentar que el Gobierno socialista no tenga éxito con la materialización del traspaso", consideró.
Pastor reconoció, no obstante, que la transferencia de las políticas activas de empleo es una cuestión de "difícil encaje" técnico, ya que la situación "no es igual que la de otras comunidades autónomas de régimen común", y que las negociaciones con el Gobierno central están siendo "complejas" debido a discrepancias que eludió concretar. Aún así, confirmó que el Gobierno vasco "tiene el compromiso de que la transferencia llegue de acuerdo a lo que dictaminó el Parlamento" y avanzó que las diferencias con el Ejecutivo de Zapatero se mantendrán "siempre que creamos que nuestro criterio debe prevalecer porque responde a la letra y el espíritu del Estatuto de Gernika".
El portavoz del PSE se mostró incluso optimista respecto a las fechas y, obviando el acuerdo firmado con el PNV en el Congreso, recordó que el objetivo es que el traspaso de la competencia sea un hecho a comienzos de año. No obstante, aclaró que "lo importante no es si llega en enero o en febrero", sino que lo haga "de forma adecuada". El tiempo corre y los plazos se echan encima para un PSOE que se debate entre el compromiso alcanzado con el PNV y el posible desgaste que la cuestión podría tener para el partido en Euskadi.
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