La mano de Henry no tiene marcha atrás

La clamorosa mano de Henry propiciatoria del gol que clasificó a Francia para el Mundial de Suráfrica ha abierto de par en par un debate que trasciende lo reglamentario y alcanza la esencia misma del juego. La FIFA dio curso ayer a una previsible decisión, habida cuenta de los criterios que rigen en un deporte en el que las decisiones arbitrales son poco menos que dogmáticas.

"El resultado no puede ser cambiado y el partido no puede volver a jugarse. Como se menciona claramente en las reglas del juego, durante los partidos las decisiones son adoptadas por el árbitro y esas decisiones son definitivas", señaló el organismo que rige el fútbol mundial. Irlanda se queda definitivamente fuera del Mundial de Suráfrica a causa del error arbitral. Su reclamación a la FIFA fue presentada ya con escasos visos de prosperar. "No la concederán [la repetición del partido] porque no somos nadie en el fútbol mundial, pero pongamos a la FIFA en el aprieto. Si se mantiene el resultado, se reforzará la idea de que conviene hacer trampas para vencer", había anticipado el ministro de Justicia irlandés, Dermot Ahern.

"Las decisiones las adoptan los árbitros y son definitivas", estipula la resolución

"No es correcto cómo atacan a Thierry. Es el gran perdedor de esta historia", dice Wenger

La presión sobre Henry se materializó en una escena surrealista durante el entrenamiento, ayer, en la Ciudad Deportiva del Barcelona en Sant Joan Despí. Cinco fotógrafos británicos se apostaron en el aparcamiento mientras que una periodista del rotativo sensacionalista irlandés Sunday World se plantó allí con un cartel gigante en el que se exhibía una fotografía de Henry y la inscripción "Pido perdón. Yo, Thierry Henry, me disculpo ante el pueblo irlandés por utilizar mi mano para eliminarlos de la fase final del Mundial". La pretensión de la periodista irlandesa era que Henry firmase la pancarta. Pero el delantero francés se metió en su todoterreno de color blanco y pasó junto al cartel sin detenerse.

El rocambolesco episodio no es más que una anécdota dentro del multitudinario posicionamiento desde todos los ámbitos. El presidente francés, Nicolas Sarkozy, se disculpó con el primer ministro irlandés, Brian Cowen, durante la cumbre de la Unión Europea en Bruselas. "Le dije a Cowen que lo lamentaba por ellos. Pero no me pidan que ocupe el lugar del árbitro, de las autoridades francesas o europeas del fútbol: déjenme donde estoy", pidió Sarkozy. La ministra francesa de Economía, Christine Lagarde, fue más allá: "Obviamente estoy muy feliz de que el equipo esté en el Mundial, pero es una forma muy triste de clasificarse por este... engaño. Sería bueno que en estas circunstancias se decida quizá repetir el partido".

El propio Henry está de acuerdo con la tesis de repetir el encuentro. "Sería la solución más equitativa, pero no es de mi competencia. Naturalmente me siento incómodo por la manera en que ganamos y lo siento mucho por los irlandeses, que merecían estar en Suráfrica. Hay poco más que yo pueda hacer aparte de admitir que el balón entró en contacto con mi mano llevándonos al gol del empate y que lo siento mucho por los irlandeses", manifestó en un comunicado enviado a la cadena británica Sky News. "No soy un tramposo y nunca lo he sido. Fue una reacción instintiva a una pelota que estaba llegando realmente rápida en una zona de penalti abarrotada", continúa Henry. "Nunca he negado que el balón fue controlado con mi mano. Se lo dije a los jugadores irlandeses, al árbitro y a la prensa".

Guardiola no obvió el debate. Convino que la acción fue flagrante y se mostró partidario de la utilización de tecnología en casos extremos y cuando el árbitro tenga dudas. El entrenador azulgrana habló sobre el estado de ánimo de su jugador. "No está orgulloso de haber hecho esto. Pero no ha sido premeditado. Fue una reacción instintiva. No le ha gustado esta acción y no se siente cómodo".

Arsène Wenger, el técnico del Arsenal y que tuvo a sus órdenes a Henry durante varios años, se posicionó: "El fútbol y el deporte están llenos de héroes que han hecho diez veces más trampas que Thierry. Los que compran a los árbitros, los que se dopan, esos son los verdaderos tramposos. Henry tiene muchos años de comportamiento honesto a sus espaldas. La forma en que está siendo atacado no es correcta. Es el gran perdedor de esta historia. Un jugador de esta categoría tiene una inmensa presión sobre sí y, si alguien debe hacer algo por él, es el fútbol francés y Francia en tanto que nación. No deberían dejarlo solo ante el mundo. Francia debe decir: 'Sí, hubo mano y proponemos volver a jugar".

La eliminación de la selección gala hubiera causado enormes pérdidas a la cadena privada de televisión TF1, que pagó 120 millones de euros por los derechos del Mundial. El seleccionador galo, Raymond Domenech, zanjó: "No vamos a hacernos el haraquiri porque el árbitro se equivocara a nuestro favor".

La mano de Henry, comidilla de todos los vestuarios