Una caja fuerte llena de proyectos

En la cámara acorazada del antiguo Banco Central Hispano, hoy sede del Instituto Cervantes, se oía ayer reguetón. La puerta circular con un grosor de dos palmos y con su rueda giratoria estaba abierta de par en par. Un pasillo y una hilera de cajas fuertes a ambos lados. Algunas doradas y cerradas, con nombres y apellidos y fechas de aperturas que sobrepasan el 2020, como la de Antoni Tàpies, la de Francisco Ayala o la de Ana María Matute.

No había habido ningún atraco en la llamada Caja de las Letras. Ayer se ensayaba una nueva forma de presentar y entender la arquitectura de la mano de un proyecto con un nombre muy latino: FreshLatino.

Su comisaria, Ariadna Cantís, explicaba así la esencia de esta iniciativa que permanecerá abierta al público hasta el próximo día 22: "FreshLatino es una selección de 14 oficinas de arquitectos iberoamericanos emergentes que utiliza el formato de la videoinstalación para dar a conocer su producción, que unas veces son minúsculas construcciones, otras transitan entre el arte contemporáneo, la performance, o nos proponen una nueva forma de acercarnos a la ciudad contemporánea mediante intervenciones en la calle. FreshLatino es vídeo, es web y es un collage sonoro".

Allí estaban algunos de sus representantes. Como Andrés Jaque, con su Oficina de innovación política y sus construcciones para vivir "en el mundo de las ficciones deseables", como una casa de Ibiza, creada y pensada bajo las directrices del hedonismo veraniego y de la música tecno. O Carmelo Rodríguez, del colectivo PKMN, con sus acciones multidisciplinares directo a cuestionar el concepto de ciudad y la manera en que la vivimos.

Según Cantís, los jóvenes arquitectos de hoy trabajan en equipos "hasta que empiezan a ganar dinero", pero entre las nuevas generaciones el "arquitecto estrella" está dejando sitio al "profesional en la calle", más próximo a la sociedad.

FreshLatino. Hasta el 22 de noviembre en el Instituto Cervantes. Entrada libre.