España se da un homenaje en Viena
De vuelta al Prater, la selección golea a una Austria que jugó en inferioridad desde el minuto 26
España volvió al Prater para dar las gracias y terminó dándose un homenaje. La selección se instaló en el mismo hotel, ocupó las mismas habitaciones y usó la misma sala para la charla que en el verano de 2008, cuando ganó la Eurocopa. Tampoco cambió su manera de jugar y, organizada alrededor del balón, con cuatro defensas, cinco centrocampistas y un punta, mantuvo la voluntad de mover la pelota y llegar al gol a través del pase. A saber: fue otra vez fiel al estilo que le llevó a convertirse en campeona de Europa. De los que formaron en el once titular la noche que España ganó a Alemania faltaron cuatro titulares -Torres y Senna, lesionados, y Puyol y Capdevila, anoche en el banquillo-, pero, a excepción de Busquets, el resto de la alineación remitía al grupo de Luis Aragonés. Fue en Viena, donde España descifró la partitura que le permitió dejar de ser una voluntariosa charanga y convertirse en filarmónica para alcanzar el paraíso, donde sigue tocando y, además, goleando.
AUSTRIA 1 - ESPAÑA 5
Austria: Greatzel; Garics, Scharner, Dragovic, Fuchs; Hölzl (Patocka, m. 46), Pehlivan, Leitbeg (Baumgartilinger, m. 37), Jantscher (Kavlak, m. 59); Wallner (Alaba, m. 67) y Janko (Hoffer, m. 62).
España: Casillas (Reina, m. 46); Sergio Ramos, Albiol, Marchena, Arbeloa; Busquets (Iraola, m. 59); Silva (Pablo, m. 46), Xavi (Güiza, m. 46), Cesc, Iniesta (Navas, m. 46); y Villa (Negredo, m. 46).
Goles: 1-0. M. 7. Jansen. 1-1. M. 9. Cesc. 1-2. M. 20. Villa. 1-3. M. 44. Villa. 1-4. M. 55. Güiza. 1-5. M. 56. Pablo Hernández.
Árbitro: Florian Meyer (Alemania). Expulsó, con tarjeta roja directa, a Pehlivan (m. 26). Amonestó a Wallner y Busquets.
Unos 30.000 espectadores en el estadio Ernst Happel.
Cesc, Güiza, Pablo y Villa (2) marcaron los goles de un equipo muy afinado Del Bosque aprovechó para probar alternativas en las demarcaciones menos cubiertas
Avisó Del Bosque de su intención de homenajear a los jugadores que ganaron el título y, al tiempo, cambiar el equipo que venció a Argentina en Madrid el pasado sábado. Quería ser respetuoso y pensar en el futuro, hacer pruebas. Cumplió. Le salieron las cuentas porque fue capaz de combinar las dos cosas. El técnico, que busca un lateral izquierdo, probó en el primer tiempo con Arbeloa, jugó con Marchena y Albiol como pareja de centrales y metió a Cesc en el medio del campo junto a Busquets, Iniesta, Xavi y Silva.
Como no podía ser de otra manera, España cuidó el balón, lo jugó a buen ritmo, llegó mucho a puerta -casi siempre por dentro- y pasó casi todo el partido en el campo de Austria, rival que golpeó primero. Un gol de Janschter en el minuto 7 recordó a los españoles que, además de nostalgia, había un partido y Austria estaba dispuesta a jugarlo aunque sus recursos fueran limitados, más si cabe desde que en el minuto 26 Pehlivan vio la tarjeta roja por dejarle un recuerdo a Busquets, sanción que, por otra parte, pareció exagerada. Despertó la selección cuando se vio con el marcador en contra y no sufrió para darle la vuelta. Los pases interiores de Iniesta y Silva minimizaron el empeño local y habilitaron a Cesc y Villa por dos veces. Así que en 45 minutos se solventó el trámite.
España tiene un plan futbolístico innegociable que va del pase al gol sin remedio, un juego de apoyos que recuerda al del Barcelona de Guardiola, juegue quien juegue y mucho más si, como ocurrió ayer, los que cortan el bacalao -Busquets, Iniesta y Xavi- son los mismos que mandan en el tricampeón de Europa y están acompañados de Cesc, capitán del Arsenal formado en La Masia, y Silva, canario que juega en el Valencia, pero parece un clon de Iniesta.
Con el partido resuelto, llegaron más pruebas en el segundo tiempo. Iraola jugó en el lateral derecho, Ramos hizo de central y Marchena de medio centro, posición en la que Del Bosque necesita un relevo para Senna por si el hispano-brasileño no sale de la enfermería como hasta ahora. Del Bosque también dio minutos a Reina y jugaron Navas, Negredo, Güiza y Pablo Hernández. Contra diez, España cambió el dibujo, ensanchó el campo, ganó delanteros y siguió tocando -ahora al son de Cesc- para continuar metiendo goles: Guiza y Pablo Hernández. Únicamente la lesión del madridista Albiol en el último escorzo del partido provocó una mueca en el equipo español.
De regreso al lugar de los hechos, España demostró otra vez por qué lleva un año tocando en el paraíso. Exquisita en la elaboración y combinación, tuvo además mucha llegada y un buen tiro a gol.
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