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Reportaje:

Memphis retrata el declive de Iverson

El base, antes icono de la NBA, no asume su papel de suplente y rompe con los Grizzlies

Robert Álvarez

El 5 de octubre de 2006, 14.000 espectadores llenaron el Palau Sant Jordi, de Barcelona, en un partido amistoso. La mitad de ellos lo hicieron ataviados con la camiseta negra de los Sixers y el nombre de Allen Iverson en la espalda. Ya empezaba por entonces el declive del genial base apodado The Answer (La Respuesta), pero mantenía el tirón que había hecho que la camiseta con su número 1 fuera de las más vendidas.

Tres años después, Memphis ha sido el escenario del sainete de un jugador que, a sus 34 años, se resiste a abdicar de su condición de figura y no soporta ni ser suplente ni estar en la cancha menos de 40 minutos por partido.

Ni corto ni perezoso, no sin antes haber exigido más minutos -"no tengo ningún problema con mi lesión, pero sí con mis posaderas de estar tanto en el banquillo", declaró al concluir el partido de su estreno frente a los Kings-, el 7 de noviembre abandonó a su equipo. Los Grizzlies se quedaron anonadados por la megalomanía de Iverson, que alegó problemas personales y se fugó a su casa de Atlanta. Ahora han roto definitivamente.

Ya le sucedió en Detroit, penúltima parada de su descendente carrera. El entrenador, Michael Curry, tras un extraño intercambio que envió a Chauncey Billups a Denver, reconoció en mayo: "Nuestra rotación es mejor sin Iverson". Su ficha ascendía a 14,7 millones de euros.

En septiembre firmó por los Grizzlies por 2,3 millones, de los que ahora, tras la ruptura, cobrará la parte proporcional.

Dos meses y tres partidos. Eso es lo que ha durado la etapa de Iverson en Memphis, donde no ha recordado al jugador que llevó a los Sixers a la final de la NBA en 2001 y fue elegido el más valioso ni al que estuvo diez veces en el All Star. Con los Grizzlies firmó 12,3 puntos de media, 3,7 asistencias y 22 minutos.

¿Su futuro? El dueño de los Knicks se ha interesado por su situación en una demostración de que en la NBA nunca se cierra la puerta del todo.

Allen Iverson.
Allen Iverson.AP

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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