'Secuestro exprés' en Miraflores de la Sierra
La Guardia Civil sospecha de dos vecinos de Miraflores de la Sierra
Muy pocos vecinos de Miraflores de la Sierra (5.800 habitantes) sabían algo del secuestro exprés que se produjo la semana pasada en el pueblo. La hija de un conocido empresario y dueño de un hotel en la localidad, de unos 35 años, fue capturada y trasladada a un piso de Colmenar Viejo durante horas. La Guardia Civil ha detenido al supuesto autor material del secuestro, pero sospecha de dos vecinos de Miraflores que pueden ser los cerebros de la operación.
Aunque la noticia del secuestro era prácticamente desconocida en Miraflores de la Sierra, algunos vecinos intuían que algo había ocurrido el jueves por la tarde.
Ese día hubo mucho movimiento de Guardia Civil y de Policía Local. "No hacían más que subir y bajar y eso se nota mucho en un pueblo tan pequeño como éste, que es muy tranquilo", explicó el camarero de un bar.
El secuestro comenzó al mediodía, cuando la directora del hotel Miraflores, e hija de uno de los dueños del Grupo EDV, empresa del sector inmobiliario, se dirigía en su coche a comer a casa.
Según fuentes de la investigación, los secuestradores la siguieron. Esperaron a que estuviera en un lugar apartado del municipio para pararla e introducirla en un coche. El vehículo de la víctima fue hallado horas después.
El retraso de la mujer hizo que los familiares denunciaran los hechos ante la Guardia Civil. El asunto pintaba mal. El trayecto que tenía que hacer la mujer para llegar a su casa es corto; Miraflores es un municipio muy tranquilo y nadie la había visto. La Guardia Civil empezó a interrogar a las últimas personas que habían visto a la hija del empresario. Poco a poco fueron haciendo el itinerario que había hecho la mujer desde que dejó el hotel. "El vehículo fue hallado en la parte alta del pueblo", comentó ayer un vecino de Miraflores.
Agentes del Servicio de Criminalística inspeccionaron el vehículo en busca de alguna huella o algún vestigio que pudiera conducir a la detención de los autores. "Había muchos coches de la Guardia Civil. A los agentes se les veía muy nerviosos", señaló otro residente.
Los encargados de la investigación decidieron montar controles de entrada y de salida en el pueblo para evitar que la mujer pudiera ser trasladada a otro lugar. Precisamente por la tarde se confirmó que se trataba de un secuestro exprés.
Fuentes de la investigación explicaron que al menos uno de los secuestradores se puso en contacto con la familia, a la que exigía el pago inmediato de 150.000 euros en efectivo. Era la única forma de ver con vida a la hija del empresario. "En el pueblo se rumoreó que había habido un tiroteo", sobre todo en la zona de El Álamo, y que por eso había tanto revuelo.
"Lo han llevado muy en silencio", afirmó una vecina, propietaria de una tienda en el centro del municipio. "Ahora que lo pienso, había demasiada policía para una pelea o algo así", añadió otro residente.
Pero los secuestradores, según la Guardia Civil, cometieron un fallo y los agentes pudieron llegar hasta ellos en un piso de Colmenar Viejo, a unos 25 kilómetros de donde fue capturada la mujer. Allí la encontraron finalmente los investigadores.
Los agentes del instituto armado comprobaron la zona y entraron en el domicilio pasada la medianoche. En ese momento, sólo estaba uno de los secuestradores, que fue detenido. Se trata de un hombre con domicilio en Zaragoza y que tenía un brazo escayolado.
Fuentes de la investigación explicaron que pasó a disposición del juez de guardia de Colmenar Viejo el pasado sábado y que ha ingresado en prisión provisional sin fianza en la cárcel de Soto del Real.
El titular del juzgado ha decretado el secreto del sumario. Aún faltan al menos dos personas por detener. Se trata de dos vecinos de Miraflores de la Sierra que están siendo vigilados de cerca y cuya detención puede producirse en las próximas horas, según informaron fuentes del caso.
Este periódico localizó ayer a la hija del empresario, pero ésta declinó hacer declaraciones. El hotel estaba abierto ayer por la tarde y funcionaba con normalidad.
Algún empleado del establecimiento desconocía lo ocurrido el pasado jueves, o así parecían demostrarlo al ser preguntados por ello.
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