Salud al otro lado de la franja

Mientras buena parte de la atención mundial de estos días pasados estaba centrada en las celebraciones de la caída del muro de Berlín, que hasta hace 20 años separó al mundo en dos, otro muro, el de Gaza, era el escenario de un drama mucho menos mediático.

Después de casi diez meses de esperas y de diversos intentos frustrados a última hora, el martes pasado, nueve niños palestinos con diferentes problemas de salud acompañados de sus madres pudieron cruzar finalmente el paso de Rafah, la principal ruta que comunica a Gaza con el exterior (a través de Egipto), para recibir tratamiento médico en distintos hospitales de la Comunidad Valenciana.

La salida suponía el final de un largo túnel en el que entraron hace diez meses y del que les ha costado un extraordinario esfuerzo salir. "Ha sido costosísimo poder traerlos", comentaba ayer una portavoz de la Asociación Mensajeros de la Paz, que ha coordinado la operación, "no por el dinero, sino por la complejidad del proceso", añadía.

"Ha sido costosísimo traerlos por las dificultades"

La Asociación Mensajeros de la Paz ha gestionado la operación

Todo comenzó en enero, cuando tras una visita para llevar alimentos a la franja, la asociación entró en contacto con un grupo de niños que necesitaban cuidados sanitarios especializados. "Es duro decirlo, pero no podíamos atender a casos extremadamente graves porque se hubieran muerto antes", señalaban ayer desde la organización, debido a los problemas que existen para sacar a la gente al otro lado de la muralla de 400 kilómetros que encierra a 1,5 millones de habitantes.

Entonces se contactó con una niña y ocho niños de entre tres y 13 años que tenían cardiopatías, lesiones traumáticas, problemas oculares o renales y se comenzaron los trámites para poder trasladarlos a España y tratarlos. La Generalitat, a través de la Consejería de Solidaridad y Ciudadanía puso a disposición de la asociación la red pública hospitalaria. Tras un largo proceso, que ha concluido con un complejo operativo diplomático y logístico en un área continuamente afectada por conflictos, y que no hubiera sido posible sin el apoyo de las autoridades diplomáticas españolas de la zona, tanto el consulado de España en Jerusalén y la embajada de España en El Cairo, como la embajada egipcia en España, y la ayuda del Ministerio de Asuntos Exteriores, los niños pisaron ayer territorio español.

Por el camino queda un pesado trayecto por autobús, diversas etapas aéreas (El Cairo-Ammán-Barcelona- Madrid) y un viaje en autobús a Valencia. Los chavales, que ya han llegado a su punto de destino y a quienes espera un encuentro hoy con el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, ya solo aguardan las últimas pruebas médicas para, cuanto antes, recibir la atención que necesitan.