La crisis se ceba con la joyería cordobesa

Joyacor, la feria de joyería de Córdoba, vive sus horas más bajas cuando cumple sus tres lustros de vida. Lejos quedan los años en los que las inauguraciones de esta feria, que se celebra desde hace 25 años en la ciudad de Córdoba, reunían colas de centenares de personas, agolpadas ante los escaparates de las empresas que acudían al certamen. Ayer al mediodía, al margen de los políticos que acudieron a la ceremonia del corte de la cinta, pocas personas rondaban por los pasillos de un recinto ferial desangelado. Visitantes que se asomaban a los stands de las ocho decenas de firmas reunidas (un 12% menos que el año pasado).

Y es que la crisis ha hecho estragos, como reconoce la Asociación Provincial de Joyeros, Plateros y Relojeros de Córdoba, quien señala que los niveles de consumo han bajado a "niveles históricos". El presidente de esta asociación, Manuel Berral, culpó de esta crítica situación a la recesión económica actual y a "otras causas pendientes como las dificultades de financiación con las entidades bancarias".

Joyacor ocupa un espacio de 3.500 metros cuadrados y cuenta de nuevo con la participación de una delegación de empresas húngaras, en base al acuerdo firmado con la asociación de ese país del sector joyero, para ampliar y desarrollar flujos comerciales con este país del Este europeo. Este año se quiere ampliar con un intercambio formativo de alumnos de ambos países sobre experiencias. Los representantes del sector reclamaron ayer apoyo de las instituciones locales como el Ayuntamiento o la Diputación provincial.