Goldman y los Yankees, a por todas
O eres de los suyos o los odias. Eso resume el sentimiento de los seguidores de los Yankees de Nueva York. Y es también la razón por la que el equipo, que esta semana conquistó su 27ª Serie Mundial, es el Goldman Sachs del deporte estadounidense. Goldman y los Yankees se han ganado sus seguidores de culto -o el odio apasionado, dependiendo de la grada en la que uno se siente- casi exclusivamente como consecuencia de su historial de victorias.
También hacen negocios juntos. Goldman ha asesorado al propietario de los Yankees, George Steinbrenner, en operaciones como la creación del canal YES, la emisora deportiva regional del equipo, en la que Goldman tiene un 40%. Ambos son también socios en Legends Hospitality Management, que gestiona las concesiones para los Yankees y los Cowboys de Dallas, un equipo de fútbol americano.
Además, se puede decir que ambos se han beneficiado de la magnanimidad pública. Los Yankees vendieron 1.200 millones de dólares en obligaciones exentas de impuestos para construir su nuevo estadio (básicamente una subvención del municipio de Nueva York). Goldman ha vendido este año obligaciones garantizadas por el Gobierno federal y ha recibido (y reembolsado) 10.000 millones de dólares del programa de ayudas del Tesoro.
Ambos merecen también valoraciones de primera. Incluso antes de derrotar a los Phillies de Philadelphia en el Yankee Stadium, los Yankees eran con toda probabilidad la franquicia más valiosa del béisbol de las Grandes Ligas. Forbes valora el equipo, que desde 1973 es propiedad de Steinbrenner, en 1.500 millones de dólares, en torno al triple del valor que se le calcula a los Phillies.
También Goldman Sachs está mejor valorado que sus rivales. El banco, con una capitalización bursátil de 88.000 millones de dólares, cotiza a 1,5 veces. Por el contrario,
JPMorgan cotiza aproximadamente al mismo valor de sus activos, menos deudas.
Citigroup, por su parte, tiene una capitalización muy inferior a ambos.
Esto, por supuesto, es un reflejo de la capacidad para generar dólares. Se espera que los Yankees obtengan este año unos 400 millones de dólares entre entradas, merchandising, concesiones y derechos de retransmisión. Casi el cuádruple que el máximo generado por los rezagados Marlins de Florida. Goldman está también a punto de culminar un año estelar, con ingresos de 47.000 millones de dólares y un beneficio de 11.500 millones de dólares, según cálculos de Bloomberg. Supera incluso los beneficios de JPMorgan, de mayor tamaño.
Este éxito permite a ambos equipos pagar más a sus jugadores. La nómina de los Yankees de este año rondaba los 210 millones de dólares, aproximadamente 9 millones por cada jugador, más del doble que la media de las Grandes Ligas. De manera similar, Goldman se dispone a apartar 20.000 millones de dólares para su plantilla, una media de más de 660.000 dólares para cada uno de sus 31.700 banqueros, agentes y secretarios. Por supuesto, en ninguno de los equipos el reparto es equitativo. El tercera base, Alex Rodríguez, recibe 33 millones (gracias a un contrato elaborado con ayuda de dos banqueros de Goldman). Algunos de los agentes de Goldman se llevan todavía más.
Pese a las diferencias obvias, es difícil pasar por alto la filosofía empresarial que Goldman y los Yankees parecen compartir: pagar bien al mejor talento disponible para ganar más dinero que nadie y poder mantener el ciclo en movimiento.
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