"No es el momento de subir los impuestos a empresas y familias"
Simón Pedro Barceló (Palma de Mallorca, 1966), licenciado en Derecho, se incorporó en 1993 al grupo turístico familiar Barceló, que ahora copreside. Desde mayo de 2008 es el presidente del Instituto de la Empresa Familiar, una asociación que aglutina a un centenar de compañías. Sus miembros son presidentes, consejeros delegados o miembros del consejo de empresas que suman una facturación de 150.000 millones de euros anuales y una plantilla global de 780.000 personas. El Instituto de la Empresa Familiar comienza hoy su XII Congreso Anual en Zaragoza.
Pregunta. ¿Puede darme algún mensaje esperanzador sobre la crisis?
Respuesta. Que ya queda menos. La verdad es que no sabemos cuánto queda. Vivimos una crisis muy profunda tanto en la economía mundial como la española, y esa realidad hay que asumirla igual que hay que saber que de otras crisis hemos salido. En el año 1993, cuando yo tomé el mando del negocio de mi familia, el Grupo Barceló, el paro estaba en el 18%, y nadie creía que España podía integrarse en Europa y participar en el euro, y se consiguió. Eso nos debe servir de acicate para salir de la actual crisis.
"La crisis se ha agravado en España por la falta de consenso político"
"España ha sumado crecimiento del PIB, pero no ha ganado en competitividad"
"Si no mejoramos las condiciones, la inversión del exterior no vendrá"
P. Pero esta crisis es de una mayor dimensión y, además, es global.
R. Nosotros, en el Instituto de la Empresa Familiar, pensamos que hay que tener un cierto equilibrio y no tomar decisiones en los momentos de locura financiera que se han vivido. Y, por supuesto, no caer en la depresión, porque España es hoy un país mucho más fuerte que en la anterior crisis. Contamos con un sistema financiero que ha resistido bien. Además, la base laboral, política y social es también más fuerte. Lo tenemos todo para superar la crisis, aunque hay que reconocer que hay personas que están pagando un alto precio con el drama del paro.
P. España parece que se está descolgando de la incipiente recuperación de algunos países.
R. Creo que los sectores exportadores o el sector al que yo me dedico, el turismo, se van a ver muy rápidamente beneficiados de la recuperación incipiente de otros países europeos. Por el contrario, los sectores que tengan más dependencia del mercado español serán más lentos en su recuperación.
P. ¿No considera que se nota un cierto bloqueo en las decisiones empresariales por la alta crispación política?
R. Desde el Instituto de la Empresa Familiar venimos reclamando desde hace varios años un elemento esencial para progresar: consenso. Creemos que la crisis se ha agravado aún más en España por esa falta de consenso político de los últimos años. Por eso, ahora reclamamos un esfuerzo añadido a los grandes actores de la vida política y social para salir del atolladero.
P. Entonces, la ruptura del diálogo social supuso un duro revés para sus pretensiones.
R. La ruptura de la negociación del diálogo social fue una mala noticia. No esperábamos una ruptura como la que se produjo. Creo que tenían que haber seguido dialogando durante el verano. Ahora van pasando los meses y el acuerdo no se alcanza, por lo que se está perdiendo un tiempo precioso para llegar a un consenso que es absolutamente necesario para afrontar la crisis.
P. ¿Por qué es tan necesario el acuerdo para avanzar?
R. Es necesario porque en los últimos años hemos sumado y mejorado en crecimiento económico, pero no lo hemos hecho en competitividad, y eso es un elemento básico e imprescindible para avanzar hacia la salida de la crisis.
P. ¿Considera que existe una dictadura de la economía financiera sobre la real?
R. Nosotros defendemos los valores de la empresa familiar, que están ligados al trabajo, al esfuerzo, a la visión a largo plazo y a la prudencia. Estamos lejos de la especulación y la ingeniería financiera que ha tenido su importancia en el estallido de la crisis. Es cierto que tanto los particulares como las familias y las empresas se hallan muy endeudadas y que tenemos que digerir ese endeudamiento. Toca trabajar más y mejor para poder avanzar.
P. ¿Piensa que el Gobierno hace lo suficiente para superar los actuales momentos de incertidumbre?
R. Por definición, el Gobierno siempre puede hacer más. Nos consta que trata de tomar todas las medidas encaminadas a ello, pero creo que la situación es tan difícil que hay que reclamarle un esfuerzo añadido, y si no logra un acuerdo con la oposición política y con los agentes sociales, debe tomar decisiones de Gobierno.
P. ¿Qué opina de una de esas decisiones, la anunciada subida de impuestos?
R. No compartimos que sea el momento de subir impuestos, y por eso animamos al Gobierno a que busque otras fórmulas que no sean gravar a los ciudadanos, familias y empresas que ya están pasándolo mal. Creemos que ni es positivo ni es oportuno.
P. ¿Abordar la reforma laboral sería oportuno y positivo?
R. Eso es ineludible. Como país, hay que afrontar una reforma laboral porque irá en beneficio de todos. El debate no debe centrarse en abaratar el despido, sino en abaratar el empleo para que no siga creciendo el paro. Hay temas en los que se debe avanzar, como la rebaja de las cotizaciones sociales por la empresa, en unificar un calendario laboral con fiestas en lunes o viernes, en mejorar las cifras del absentismo laboral sobre el que no hay el suficiente control. Además, hay que trabajar entre todos para que la productividad del sector público crezca igual que la del privado.
P. ¿Están las empresas familiares mejor dotadas para afrontar los momentos de incertidumbre actuales?
R. Por supuesto que las empresas familiares van a sufrir en esta etapa, porque los problemas son comunes, pero creo que tienen una mayor capacidad para resistir porque se han preparado mejor en los tiempos de bonanza. Han sido más prudentes y siempre tienen una mayor aversión al riesgo porque están avalando con su patrimonio el desarrollo del negocio.
P. ¿No se sienten desanimados los empresarios cuando ven el nivel de crispación y de corrupción política con la que está cayendo en el terreno económico en estos momentos?
P. El empresario no se debe desanimar, aunque hay que decir que es responsabilidad del Gobierno y de la oposición hacer de España un lugar atractivo para la inversión, porque hasta que no se atraiga inversión no se generará empleo. En los últimos años, España era un lugar atractivo para invertir para las multinacionales. Existe el peligro de que tardemos en cambiar las condiciones y otros países nos tomen la delantera a la hora de atraer inversiones.
P. ¿Se han arreglado los problemas de financiación de las empresas?
R. Sigue habiendo dificultades. Más en las pequeñas y medianas. En las grandes se han salvado mejor. Tenemos un sólido sistema financiero y sabemos que la financiación será más cara en el futuro, pero los bancos deben prestar porque es su negocio. El ICO debe ser lo más eficaz posible para agilizar la concesión de los créditos.
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