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Reportaje:

"Aquí mando yo"

Relacionado con un vídeo sexual, el vicepresidente de Ceuta, autoritario y con muchos enemigos, se marcha sin dar explicaciones

Juan Diego Quesada

La chica musulmana se paseaba el miércoles en tacones y unas gafas de Dolce&Gabbana por la Gran Vía de Ceuta. Pisó unos bares de moda y un céntrico hotel. Todos la miraban asombrados. Era ella. La misma a la que señalaban como la autora del supuesto vídeo en el que se la veía manteniendo relaciones sexuales con Pedro Gordillo, el hombre que todo lo conseguía, el vicepresidente de la ciudad que desde que saltó el escándalo hace una semana no ha vuelto a aparecer por ningún sitio. Nadie sabe dónde está.

Más tarde, en el salón de su casa, la joven, muy cercana al PP, ni confirma ni desmiente la existencia del vídeo. "Por ahora no puedo hablar. No es el momento". Es lo único que dirá sobre la grabación, en la que, según quenes la han visto, se la ve a ella y a Gordillo en un despacho. El caso es que él tuvo que dejar todos sus cargos, incluido el de presidente de los populares en Ceuta, a medianoche del viernes pasado, un día después de que su Gobierno supiese de la existencia de la grabación. Y se esfumó.

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Ahora nadie reconoce ser del círculo de Gordillo. Nadie ha tomado cañas con él ni ha ido a pedirle un empleo para un familiar. Pero lo cierto es que Gordillo, conocido como don Pedro, era respetado y temido a partes iguales. El que algo quería en Ceuta tenía que ir a hablar con él. Ya fuese un trabajo, una concesión o un simple carné de militante del PP. Malintencionadamente, la oposición llamaba al Ayuntamiento "el Cortijo de Don Pedro". "Aquí mando yo", es la coletilla que siempre usaba.

Nacido en Cádiz, llegó a Ceuta hace 30 años como párroco. Pronto se ganó a los jóvenes con la casa de los estudiantes, unos pisos en la península donde alojar a los estudiantes universitarios. Para recaudar fondos, en la feria montó una caseta que sigue siendo la más concurrida. En esa época, todo el mundo quería salir en la foto con Pedro Gordillo. Despegado del celibato, se enamoró y dejó el sacerdocio. Aunque en principio intentó sin éxito ingresar en el PSOE, acabó yendo como número 2 del PP en las elecciones de 1995. Años después fue uno de los que consiguió echar al oscuro Gobierno del GIL, quizá su rédito político más sonado.

No le ha ido bien a todo el que se ha enfrentado a Gordillo, muy querido en la ciudad. En el penúltimo congreso del PP le salió un competidor para dirigir el partido: Emilio Carreira, consejero de Economía. Poco acostumbrado a tener rivales, Gordillo torció el gesto y dio un golpe en la mesa. ¿Cómo se atrevía alguien a plantarle cara? Los días anteriores a la votación estuvieron llenos de acusaciones barriobajeras. Finalmente, ganó Gordillo y la vida política de Emilio Carreira terminó para siempre.

En la madrugada del sábado se escucharon alaridos en algunos barrios islámicos. Hubo fiesta toda la noche. Había caído Gordillo, que apoyaba a la rama del tablig pero que se enfrentó desmesuradamente a los afines a Rabat. "El problema con Marruecos es que quiere mangonear el islam en la ciudad", declaró en su día a este periódico. Los musulmanes de estos barrios hablan de un complot (poco creíble) del servicio de espionaje marroquí para acabar con un enemigo incómodo.

El poder de Gordillo en Ceuta era tan grande que fue haciendo poco a poco sombra al propio presidente de Ceuta, Juan Vivas. Aunque amigos íntimos fuera de los despachos, el Ayuntamiento se dividió entre los que apoyaban a uno o a otro. "No conozco a ningún animal vivo con dos cabezas", cuenta un ex dirigente del Gobierno. Dimitido Gordillo, Vivas está ahora al frente del PP. Aglutina todo el poder.

El nombre de Luis María Fernández, hombre del clan de Gordillo, les dividió de una manera casi irreconciliable. El subdirector general de menores, a principios de año, se peleó a guantazo limpio con tres sindicalistas de CC OO que habían denunciado los malos tratos que recibían los chavales en un reformatorio. A Vivas le horrorizó la conducta de Fernández y quiso echarlo, pero Gordillo se opuso y se salió con la suya. "Aquí mando yo".

Ocho meses después, Gordillo se marchó para siempre del Ayuntamiento. Sin dar explicaciones. La versión oficial es que dimitía "por razones personales". Nadie se la cree. Ni siquiera los miembros del Gobierno han negado la existencia del vídeo. Simplemente han decidido ignorarlo. Y si no lo hubiese, ¿por qué se fue Gordillo sin más? ¿Quién conspiró contra él? Enemigos no le faltaban.

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Sobre la firma

Juan Diego Quesada
Es el corresponsal de Colombia, Venezuela y la región andina. Fue miembro fundador de EL PAÍS América en 2013, en la sede de México. Después pasó por la sección de Internacional, donde fue enviado especial a Irak, Filipinas y los Balcanes. Más tarde escribió reportajes en Madrid, ciudad desde la que cubrió la pandemia de covid-19.

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