La guerra de los vídeos

El presidente Juan Vivas tiene su casa a un paso del Ayuntamiento, pero algunos días puede tardar horas en llegar a su despacho. Siempre hay alguien que se acerca a pedirle una vivienda, un empleo, una ayudita. Él, cercano, atienda a todo el mundo. "Es lo que tiene el ser alcalde de una ciudad pequeña", dice en entrevista a este periódico. Por eso a nadie le pareció raro que días después de la marcha de Gordillo saliese a la luz un vídeo donde se ve a Vivas prometer un empleo en una constructora y una vivienda de protección oficial a un matrimonio que llevaba una cámara oculta. "Lo volvería a hacer. Es mi deber. No hay nada delictivo en la grabación. Al revés", sostiene. Y es cierto. En Ceuta, donde es especialmente importante tener un padrino, alguien que te eche una mano, no se ha visto con malos ojos. "Es que es así de cercano. Humilde", dice un barrendero sobre Vivas, ganador por mayoría absoluta en las elecciones.

Lo que extraña es que de este vídeo Vivas hable con total transparencia (el Gobierno ha dado nombres, fechas, teléfonos) y apenas se dé una versión fiable de la marcha de Gordillo. Vivas dijo primero que Gordillo, con el que no ha vuelto a hablar, se fue porque quiso. Luego reculó, porque todo el mundo hablaba del vídeo sexual, y afirmó: "He actuado con contundencia".

Pregunta. ¿Usted ha visto el vídeo de contenido sexual?

Respuesta. No puedo contestar a eso.

P. ¿Obligó a dimitir a Pedro Gordillo tras verlo?

R. Mantengo una reunión con Pedro el jueves y él, el viernes, decide irse. Aunque no tiene nada que ver con lo acontecido en esa reunión.

P. ¿Hablan del vídeo en esa reunión?

R. No puedo desvelarle lo hablado en la reunión.