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Los padres aplauden la "mano dura" con los menores que se emborrachen

La oposición cree más necesarios el diálogo y la pedagogía que la prohibición

Pablo Linde

Prohibición de beber y castigos ejemplares a los jóvenes que se emborrachen. Las principales asociaciones de padres de Galicia apoyan la esencia del borrador que prepara la Xunta para prohibir el consumo de los menores. Aunque no hay unanimidad en todos los métodos propuestos, los padres piensan que es necesaria "mano dura" tanto con los chavales, que deben recibir "castigos ejemplarizantes", como con los tutores, quienes "no tienen por qué librarse de una sanción si sus hijos van por ahí embriagados".

El anteproyecto de ley que prepara el Gobierno del PP incluye desde medidas que ya fueron adoptadas hace años por otras comunidades autónomas, como la prohibición de vender bebidas alcohólicas a partir de las 22.00 horas, hasta otras inéditas en el resto de España, como hacer controles de alcoholemia a menores y sancionarlos en caso de dar positivo.

El anteproyecto de la Xunta prevé sancionar a los jóvenes ebrios

Este método es uno de los puntos más controvertidos. Marga Leis, portavoz de la Confederación Católica de Padres de Alumnos (Concapa) en Galicia, se pregunta incluso por su constitucionalidad. "Está bien que prohíban beber alcohol a menores, pero que hagan pruebas sin que esté presente un tutor no es admisible y quizás ni siquiera legal", reflexiona. "En todo caso deberían llamar a sus padres para realizarlo y, entonces, castigarlo si se demuestra que ha bebido", continúa. Para Virgilio Gantes, delegado en Galicia de la Confederación Española de Padres y Madres de Alumnos (Ceapa), se trata simplemente de una forma más para detectar si los chavales van ebrios: "Todo lo que sea prevención está bien. Si se ve a un menor embriagado, que se le haga una prueba".

En lo que coinciden ambos, es en que si son pillados y, especialmente, si están cometiendo algún acto vandálico, tienen que reparar lo que hagan con trabajar sociales. "Y los padres también nos tenemos que hacer responsables. No está de más que haya multas. Mi hija tiene 14 años y no pinta nada a las cinco de la mañana bebiendo por las calles. Si lo hiciese sería por falta de autoridad", asegura Leis.

Esta posición choca frontalmente con el pensamiento de las secciones juveniles de los partidos de la oposición. Ambas creen que hay un error de base: para preparar el borrador no se ha consultado con los implicados, los jóvenes. El siguiente fallo es "criminalizar a los menores". María Torres, secretaria general de Xuventudes Socialistas opina que es necesario "abordar el problema desde la prevención en vez de desde la prohibición". "¿Qué pasa, que cuando se cumplen los 18; ya no hay que preocuparse y antes sí?", se pregunta. En esta misma línea, Iria Aboi, responsable de Galiza Nova, cree que la norma que se propone es incluso paradógica: "Si dicen que el problema es que beben niños de 13 y 14 años, ¿para qué hay que cambiar una ley que ya prohíbe consumir alcohol a los menores de 16? Lo que deberían hacer es cumplir lo que ya está sancionado". La posición de Nuevas Generaciones del PP es muy distinta. Su presidenta, María Seoane, piensa que, en líneas generales, "hay que salvaguardar la salud pública y evitar que los menores beban alcohol".

Aunque si uno de los objetivos es evitar que los chavales se conviertan en adictos, la nueva norma no tiene mucho sentido, según relata un portavoz de Alcohólicos Anónimos en A Coruña. "Lo nuestro no es un problema social, es una enfermedad. Y quien la padece va a seguir bebiendo, por mucho que se prohíba. Aunque ojalá que se consiga algo", remata.

El borrador no menciona nada de los botellones, cuya sanción vuelve a quedar en manos de los ayuntamientos. Se respeta así la autonomía de cada localidad, tal y como reclama Carlos Fernández, presidente de la Federación Galega de Municipios e Provincias. "Hay que tener en cuenta que cuando hablamos de consistorios englobamos desde el más pequeño hasta el más grade. No todos pueden dar la misma respuesta a un problema", explica.

Sanidade pide "ideas"

La conselleira de Sanidade, Pilar Farjas, realizó ayer un llamamiento a todas las "partes interesadas" para que aporten sus ideas para mejorar el borrador de la ley que regula el consumo de alcohol. Farjas recordó que el texto está ahora en la "fase de exposición pública", en la que las asociaciones, los profesionales y los ayuntamientos pueden presentar las propuestas "que mejoren el proyecto".

"Se trata de un marco para la protección de la salud pública de los menores", añadió la titular de Sanidade en relación con que el informe remitido al Consello de la Xunta de ayer, que aportará "los instrumentos legales suficientes" para la actuación de la administración.

Explicó que el objetivo es "poner freno" a que el 40% de los menores de 18 años participe en el botellón; a controlar que el 33% de los menores tengan 10 años más tarde problemas con el alcohol y a reducir el incremento del 70% de casos en los que el 061 tiene que actuar cada fin de semana por culpa de este consumo.

"Garantizar la salud pública de los menores es una labor de todas las administraciones", señaló Farjas,

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Sobre la firma

Pablo Linde
Escribe en EL PAÍS desde 2007 y está especializado en temas sanitarios y de salud. Ha cubierto la pandemia del coronavirus, escrito dos libros y ganado algunos premios en su área. Antes se dedicó varios años al periodismo local en Andalucía.

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