La cultura que no se puede tocar
Un atlas del Instituto del Patrimonio recoge la herencia inmaterial andaluza
El trabajo en las salinas de Prado del Rey, en la Sierra de Cádiz; el espeto de las sardinas en Torre del Mar; la construcción de sillas de enea en la localidad sevillana de Guadalcanal, la elaboración de hornazo en Priego de Córdoba o las leyendas, los palos del flamenco y los cuentos son algunos ejemplos de patrimonio inmaterial de Andalucía.
"Unos valores que hay que reconocer, estudiar y, fundamentalmente, salvaguardar y difundir para que no se pierdan nunca", considera la antropóloga Gema Carrera, coordinadora técnica del proyecto Atlas de Patrimonio Inmaterial que el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico, que se presentó ayer en Málaga. "Constituyen una herencia transmitida entre generaciones, un legado que perfila nuestra identidad y refuerza nuestra pertenencia a un entorno, una historia o una cultura", valoró ayer la consejera de Cultura, Rosa Torres. Torres aprovecho la cita para anunciar que los verdiales de Málaga serán la primera manifestación inmaterial que va a ser incoada para que sean declarados Bien de Interés Cultural de Andalucía.
Hasta ahora hay 587 manifestaciones registradas en la publicación
Los verdiales, propuestos para ser declarados Bien de Interés Cultural
Un equipo de 11 antropólogos ha registrado desde enero a agosto de este año 587 expresiones culturales, rituales festivos, actividades culinarias, tradiciones orales, oficios y saberes. "Una labor muy importante y muy minuciosa", detalla Carrera. "Las fichas de trabajo de los antropólogos a pie de campo son muy detalladas". Entre los apartados a completar están la tipología, los orígenes documentados, los preparativos, el desarrollo, el espacio, el modelo organizativo o los datos de contacto de los protagonistas, entre otros.
"Es fascinante estudiarlo. Pura antropología", cuenta Felipe García que ha estado ocho meses trabajando en la zona de Los Pedroches y en el valle del Guadiato, en Córdoba. "He visto y oído de cerca como se bailan y cantan las jotas, he conocido profesiones y personajes muy interesantes. Todo un mundo". El estudio se está realizando en 62 zonas dividas por criterios geográficos según el Plan de Ordenación del Territorio Andaluz.
"Levantamos documentación con fuentes secundarias como revistas, recortes de prensa, libros..., otros documentos son gráficos, con fotografías o videos, y otros con registros de voz. Grabamos a los protagonistas de la manifestaciones contando leyendas, cuentos, cantando o con su música", explica García. "El tratamiento informativo de algunas fiestas como puede ser el Rocío o la Semana Santa puede terminar por influir en el resto de manifestaciones culturales y se pierde la diversidad. Por eso este estudio es tan importante", añade Gema Carrera. También se pretende divulgar posteriormente la información recabada mediante reportajes y microespacios televisivos, con una serie documental para su emisión en televisión y su distribución en DVD y mediante otra serie documental por provincias.
Hasta el momento, y con los limitados estudios de los que dispone Carrera, se pueden llegar a algunas conclusiones: "Lo más importante es la capacidad que tiene el andaluz para organizar actos colectivos", estima. "En Andalucía hay mucha diversidad pero también muchos aspectos comunes, que se reflejan en una multiculturalidad heredada de diferentes etapas históricas. Se ve en los rituales, la alimentación, los modos de expresión", explica.
"Las fiestas las hacemos para nosotros mismos. Aunque algunas sean espectaculares, normalmente no se hacen con esa intención, sino que surgen de una identificación del pueblo, y ese es el secreto de su perduración, donde se ve reflejada su estructura social", reflexiona. La primera fase del proyecto, que se extenderá hasta el 2012 cuenta con un presupuesto de 300.000 euros.
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