Mondoñedo escucha a Buda
Un lama tibetano enseña en Lugo a encarar la muerte sin tumbas ni flores
"Cuando alguien muere, se pone su cuerpo en la tumba y se levantan construcciones de piedra y cemento, ¿qué hacen ahí?", se pregunta el lama Phuntsok cuando le preguntan por el ritual de la muerte en Occidente. Este monje tibetano ha estado esta semana en Mondoñedo (Lugo) para reflexionar sobre la muerte, es decir, por trabajo, porque su misión es enseñar a meditar y reflexionar sobre el sentido del fin de la vida.
Viaja mucho y, aunque nació en el Tíbet, reside ahora en el centro budista Dag Shang Kagyu, en Panillo (Huesca). En la ciudad de Cunqueiro, sede de diócesis y plagada de iglesias y conventos, lo esperaban algunos vecinos interesados en sus enseñanzas para escucharle reflexionar sobre la muerte de una manera distinta de la habitual. Su visita coincide con la festividad de Difuntos. "En nuestra sociedad se le teme a la muerte, la ocultamos. Queríamos tratarla claramente", cuenta Luísa, una de las integrantes de A Nao Mai, la asociación que ha traído al lama Phuntsok a Mondoñedo.
La cuna de Cunqueiro celebra Difuntos con humor y música gótica
Los actos incluyen un recital de Eva Veiga y el show de Quico Cadaval
"En Occidente se afronta la muerte de forma extraña", dice Phuntsok
El lama nacido en Tíbet vive desde 1984 en un pueblo de Huesca
Es la primera vez que el colectivo organiza una actividad de este tipo, pero no será la única. Hasta el domingo pasarán por el municipio de Mondoñedo cuentacuentos, poetas y músicos dentro del ciclo Seis días de morte. "Siempre hay muchas celebraciones en torno al día de Difuntos, pero nosotros queríamos celebrar este día desde otra perspectiva", aseguran desde A Nao Mai.
La del lama Phuntsok sin duda lo es. Vive desde 1984 en Panillo, una pequeña localidad oscense donde hace años se erigió un tiempo budista del movimiento Karmapa o de los bonetes amarillos. Buscan el aislamiento y la meditación, y a veces, como en esta ocasión en Mondoñedo, también lo enseñan. "La forma occidental de afrontar la muerte es extraña; se matan animales para comer, se crea sufrimiento", dice el lama, que llama a abandonar "el apego" para acabar con el dolor. El lama, una especie de guía o mentor espiritual para los budistas tibetanos, propone para ello el Shiné o "pacificación mental". "Es una práctica en la que se van disolviendo los cinco elementos agregados de la forma, como pasa en la muerte, para que sólo quede nuestra conciencia y podamos lograr la calma mental", explica. Pero para llegar a ese estado primero hay que tener claro que para un budista la muerte, como la vida, es una sucesión de estados o bardos.
"Hay seis bardos, tres en vida -nacimiento, sueño y meditación- y tres en muerte, que se inician poco antes de morir, con la agonía. Son estados intermedios entre una vida y la siguiente". La idea es liberarse del Samsara, el ciclo de los nacimientos, a través de la meditación. A la vez que los cementerios, aunque sea tan sólo por unos días, se llenan de flores y suenan los responsos en las iglesias, en las comunidades budistas impera, como casi siempre, el silencio de la meditación. "Los budistas no visitamos a los muertos ni tenemos ninguna festividad de Difuntos. Se hace una puya al año de la muerte y otra a los dos. A los tres años, muchos lamas y monjes se reúnen para un gran ritual".
Pero la muerte, más allá de estos recordatorios, es sólo un tránsito. "Con las flores se muestra tristeza, pero para mí lo importante es haber sido virtuoso, recto, bueno". En definitiva, generar ese karma positivo que detiene el ciclo de los nacimientos o reencarnación.
Ni crisantemos ni claveles ni gladiolos. Los miembros de A Nao Mai -instalados en el Pazo de San Isidro- quería darle a Difuntos un sabor diferente. "Conocíamos al lama desde 1999, aunque no somos practicantes, y decidimos invitarlo porque en torno a la asociación hay personas receptivas a su filosofía", explica Luísa. Entre ellas mucha gente joven, de menos de 30 años, que deseaba escapar del ritual de flores y visitas a los cementerios y hacer del de los Difuntos un día "divertido" y "con buen ambiente".
Los actos sobre la muerte organizadas por la asociación seguirán este fin de semana. Entre los artistas y actividades que contribuirán a aupar la fiesta, Mondoñedo aún espera a la poeta Eva Veiga, que recitará Alén o Mar y al dramaturgo Quico Cadaval. Dentro del programa también se podrá disfrutar del cine. Lo habrá de terror, teatro, un concierto de música gótica del grupo Shroud of Tears e incluso un espectáculo de mimo de Nacho Otero. Todos estos fastos están diseñados para demostrar que a la muerte, además de temerla, también se la puede festejar.
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