Unicaja exige a Cajasur que sanee sus cuentas antes de la fusión

Unicaja exigió ayer a Cajasur, con la que mantiene abierto un proceso de fusión, que aplique el plan de saneamiento que presentó al Banco de España el pasado 19 de mayo. Este plan contemplaba el cierre de 52 oficinas, la reducción de 300 empleos (el 10% de su plantilla) y un ajuste económico para afrontar la morosidad de 400 millones de euros en un plazo de dos años. Estas exigencias suponen un nuevo tropiezo a la fusión de estas dos entidades andaluzas. Cajasur, controlada por la Iglesia católica, ya perdió la batalla del mantenimiento de los derechos perpetuos de los canónigos, y ahora quiere que este plan de ajuste quede en suspenso y se elabore uno conjunto para la fusión.

La entidad cordobesa pretende "endosar sus marrones al nuevo proyecto conjunto", afirmaron ayer fuentes del proceso de negociación. Pero Unicaja exige a Cajasur que cumpla con su plan de saneamiento antes de avanzar en el proceso de fusión, al igual que la entidad malagueña está haciendo sus propios ajustes con independencia de que al final se logre la unión. En esta nueva batalla, la Iglesia católica aparece parapetada tras el sindicato Aspromonte, mayoritario de la entidad y vinculado a la dirección desde su nacimiento.