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Columna
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El viaje ultramontano del Consell

Una nave a la deriva, teledirigidos por el estratega político a quien acude Camps cuando el barco zozobra, conduciendo las estrategias mediáticas de un desnortado Consell atrapado por los presuntos casos de corrupción, que encuentra salidas en las políticas más rancias, e integristas de la derecha española de la mano de un contramaestre conservador.

La primera medida de marcado contenido político-ideológico del conseller Cotino tras su llegada a la cartera de Vivienda en el Consell ha sido aprobar una resolución para ampliar los colectivos preferentes para acceder a las ayudas de vivienda en el marco de la ley de protección de la maternidad, ley de la que es padre ideológico.

La controvertida ley de protección de la maternidad, aprobada en junio de 2009, fue una reacción ultraconservadora a la ley del aborto del Gobierno de España. Y se sitúa en el ámbito del pulso que mantienen Camps, y su padre espiritual, el conseller Cotino, siguiendo las estrategias del conseller Blasco, contra las iniciativas del presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, para ampliar los derechos de las mujeres.

Cotino pretende con esta medida considerar los óvulos fecundados computables en la unidad familiar, e incluso defiende el acceso preferente a la vivienda a mujeres que, no conformando unidad familiar, puedan acceder a la ayuda, un contrasentido con el concepto de familia que defiende el PP y con más énfasis el señor Cotino con su ley más vida.

Se trata por tanto de una medida de fuerte calado ideológico, que nada tiene que ver con una solapada intención de ampliar la protección a colectivos en situación o riesgo de exclusión, que es lo que marca el real decreto 2066/2008 de 12 de diciembre que regula el plan estatal vivienda y rehabilitación 2009-2012. Cotino, vicepresidente social del Consell, que tiene en su haber el desarrollar una política de bienestar social marcada por la adjudicación a empresas participadas por su familia de residencias de la tercera edad, que ha boicoteado la aplicación de la ley de la Dependencia en la Comunidad Valenciana, o la renta garantizada de ciudadanía, lo que podemos denominar un conseller ejemplar en materia social.

Cotino, que aparece en los medios de comunicación en el informe policial de la trama Gürtel, por financiación irregular del PP, por las adjuraciones a Sedesa, otra de sus empresas familiares, no sería, pues, un conseller ejemplar, preocupado por los más necesitados.

Sin olvidar la visita del Papa a Valencia, que contó con Cotino como maestro de ceremonias y requirió la aportación económica correspondiente a cada consejería. Cotino, que representa el ala más dura y conservadora del Ejecutivo Camps, con esta medida en materia de vivienda pone negro sobre blanco la ideología del Consell y, junto a Camps, lidera las confusiones y fusiones entre moral y políticas públicas del Gobierno valenciano, en un Estado aconfesional.

Con esta medida, que se adopta en el ámbito de un conjunto de ayudas para acceder a la vivienda, consensuado entre el Ministerio de la Vivienda y la consejería, Cotino toma una decisión unilateral, de modificar incluso los criterios legales para definir a la unidad familiar y que rigen el plan estatal vivienda y rehabilitación. Generando inseguridad jurídica en cuanto a la personalidad jurídica de los receptores de la ayuda.

Cotino y el estratega Blasco aprovechan las horas bajas de un Consell y un PP sumidos en la catarsis del caso Gürtel, la parálisis institucional, el abandono de las responsabilidades de gobierno, para introducir una medida cuando menos provocadora de controversias, en un momento además de crisis económica, que afecta especialmente a esta Comunidad para tramitar, con una celeridad que nos deja estupefactos, esta medida. Podría sorprendernos Cotino, con la misma celeridad en atender las reivindicaciones de quienes demandan una vivienda protegida en la Comunidad, resolviera los problemas del sector de la construcción, o pensara qué hace con el stock de vivienda de renta libre que supera las 100.000 en la Comunidad. Ese es el reto y la responsabilidad: no continuar dividiendo a la sociedad valenciana con iniciativas controvertidas para no afrontar los problemas que afectan a la sociedad valenciana, que merece un Gobierno más serio, más riguroso y que dé respuestas a las necesidades del presente y genere confianza en las expectativas de futuro.

Maria José Salvador Rubert es diputada por el PSPV-PSOE en las Cortes Valencianas.

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