"Lo primero es que haya alegría"
Peret mezcla viejos y nuevos temas en 'De los cobardes nunca se ha escrito nada'
"Y no estaba muerto. / No, no. / Estaba tomando cañas. / Leré leréle". Desde hace unas semanas Peret y Marina de Ojos de Brujo cantan y bailan este estribillo en algunas televisiones que han empezado ya a emitir el videoclip avanzadilla del nuevo disco del gitano barcelonés. Se trata de la canción El muerto vivo, un éxito de 1969, reinterpretado por el patriarca de la rumba catalana. Una elección nada casual para presentar el nuevo plástico: Peret ni estaba muerto ni estaba tomando cañas a pesar de haber pasado algunos años alejado de los estudios de grabación. De los cobardes nunca se ha escrito nada (Universal) salió ayer a la venta rompiendo ese silencio.
Pere Pubill, conocido como Peret (Mataró, Barcelona. 1935), ha reunido un puñado de viejas canciones junto a otras de nueva factura. Así, la nostalgia de Rascayú, María de la O, Malevaje y la mencionada El muerto vivo se codean con alguna reflexión más contemporánea siempre ahondando en lo que Peret llama la sabiduría popular. "No sé por qué he puesto estas canciones y no otras, simplemente son las que me gustaban en ese momento", explica pausadamente Peret ante un vaso de cola (sin calorías) y unas patatas fritas. "Hay canciones que grabé hace años y nunca me gustó como quedaron, me quedé con las ganas de hacerlas mejor. Otras veces un éxito ha ensombrecido canciones que me gustaban y nadie recuerda. Creo que merecían una segunda oportunidad".
"Que no me den más cruces de Sant Jordi y creen una escuela de rumba"
Para esa segunda oportunidad Peret ha jugado con un paso adelante y otro atrás. Arreglos instrumentales más complejos y contundentes que los originales de las décadas de 1960 y 1970 pero sin el barroquismo de la rumba de hace 15 años, cuando regresó a los escenarios. "A mí me gustaba la música cubana tradicional, voz, guitarras y maracas, canciones sencillas pero que decían cosas que te hacían pensar. Después, los músicos cubanos fueron aprendiendo, eran más músicos, tocaban mejor, utilizaban grupos más generosos pero su música ya no me llegaba. Igual sucede con la rumba catalana. A medida que le pones más instrumentos la cosa se complica y, en vez de ganar, va perdiendo. Se hace más difícil, se pierde la alegría. La música que se hace ahora, no sólo la rumba catalana, es más fría. Tienes más medios pero se ha perdido aquella alegría de antes".
La palabra alegría es recurrente en el discurso de Peret pero realmente si algo destila su nuevo disco es precisamente alegría. "Las bases del disco son mucha sinceridad e improvisación", comenta. "Hemos ido directos, en muchos temas hemos dejado las primeras versiones. A mí me gusta aquello de hacerlo una vez y no tocarlo para no estropearlo porque la tecnología de los modernos estudios de grabación me enfría. Cuando entro en el estudio o subo al escenario lo primero que ha de haber es mucha alegría porque la música es importante para la vida y necesita esa alegría. Siempre necesitamos música, de día y de noche, para comer, para dormir, para hacer el amor...".
Peret aprovecha últimamente cada oportunidad que tiene para reivindicar una escuela de rumba catalana. "La rumba catalana no se creó con un lápiz y papel pautado, sino con sentimiento, corazón, espíritu... y eso se ha de explicar a los que desean tocar rumba. No se puede enseñar el ventilador de cualquier manera, hay muchos ventiladores, uno para cada canción. No hay ningún lugar en que eso se enseñe de verdad y es necesario. Tendrían que ser las instituciones las que tomaran partido porque aquí nadie defiende la rumba catalana. Yo nunca he pedido una subvención en 60 años de carrera y ahora lo que les digo es no me den más cruces de Sant Jordi, lo que han de hacer es defender la rumba catalana. Al final si las instituciones no responden, tendré que buscar alguien que quiera hacer negocio con esto porque hay negocio, seguro".
Otra característica de esta nueva entrega, que se magnifica en el DVD que la acompaña con actuaciones en TVE en la década de 1960, es una cierta nostalgia por un tiempo pasado. "Es curioso que me lo tiren en cara porque canciones como Rascayú eran antifranquistas. Yo me negué a tocar en un festival benéfico de Carmen Polo y me amenazaron conque sería el fin de mi carrera pero a los quince días ya me llamaban de TVE. Además, Fraga y Pujol también estaban en aquella época y ahí siguen. No me creo esas críticas, la rumba catalana tiene fuerza propia y no la podrán parar".
A pesar de su entusiasmo las palabras de Peret destilan también una cierta decepción. "En Mataró, mi ciudad natal, por ejemplo, pusieron una placa en la calle en que nací y me hicieron hijo predilecto pero nunca me han contratado para actuar, nunca he actuado públicamente en Mataró". Peret pone cara de circunstancias, extendiendo los brazos resignado. "No sé si haremos gira, estamos esperando que nos contraten. Tengo grupo y nos hemos rebajado el sueldo pero ni así".
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