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Reportaje:Cuarta jornada de la Liga de Campeones

La mesa redonda del Rubin

Berdayev reúne a diario al cuerpo técnico para consensuar la táctica

Jordi Quixano

Cuando aterrizaron en Rusia, les recibieron las autoridades y un sinfín de fuegos artificiales. Durante dos días los periódicos abrieron con el Rubin, capaz de derrotar al Barcelona en el Camp Nou. Los futbolistas son el epicentro de la atención y ya no pasean con sosiego por Kazán, una ciudad decantada hasta hace poco tiempo por el hockey sobre hielo. Desencadenar una reacción así quizá no estaba previsto por un cuerpo técnico que, sin embargo, sí se había impuesto al Barça decenas de veces... en el laboratorio de Berdiyev.

Bill Shankly, el entrenador del Liverpool, instauró en 1959 la costumbre de debatir la metodología de trabajo en el Boot Room, un cuartucho repleto de botas y en el que nunca faltaba whisky y cerveza. La tradición duró hasta 1997, cuando se destituyó a Roy Evans, de la cadena continuista como Paisley, Fagan, Dalglish y Moran. En Rusia y varios decenios después, Kurban Berdiyev, el técnico del Rubin, aplica el mismo sistema.

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"Id a meditar y volvéis"

En La Base, la ciudad deportiva del Rubin, se elabora todo. Hay tres campos de césped natural y dos de artificial, un gimnasio, una piscina y dos edificios en los que, además de comedor y oficinas, hay pisos para los jugadores y entrenadores que quieran vivir allí.

Dentro del piso de Berdiyev hay una sala de juntas. Allí, seis personas se sientan alrededor de la mesa dos veces al día un mínimo de media hora. Se debate todo. Vladimir Petrovich es el coordinador de las sesiones y la preparación física, Matsura Grigorievich se especializa en los aspectos tácticos, Vitali Kafanov prepara a los porteros y se aplica en la estrategia, Jakub Hadzhievich dirige los calentamientos y estudia al rival y el español Raúl Ruiz, que se curtió en el Levante y el Racing, aporta más detalles sobre la planificación física, las acciones a balón parado y la plantilla. Al mando, Berdiyev. De carácter fuerte, alza la voz cuando considera que existen imperfecciones en la teoría: "Id a meditar y volvéis".

Con una mentalidad de apertura hacia Europa, Berdiyev se interesa por el trabajo de la Liga y la Premier. Y tiene sus manías, como aferrarse al tasbih (rosario), rezar antes de los partidos y prohibir el diálogo desde que se sube al autobús hasta que se llega al estadio. Después sólo queda que los futbolistas plasmen lo acordado en la sala de juntas, en la mesa redonda del Rubin.

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