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PSOE e IU pactan en Ferrol ubicar un gimnasio bajo la Plaza de España

Los dos partidos votan juntos un año después de romper su coalición

Dos ex socios de gobierno que vuelven a entenderse. El alcalde socialista de Ferrol, Vicente Irisarri, y la concejala de Izquierda Unida, Yolanda Díaz, votaron otra vez juntos el jueves, un año después de que ambos rompiesen la coalición que gobernaba el ayuntamiento. Las interminables obras de la plaza de España, que han vuelto al centro del debate político como arma arrojadiza entre partidos, un "castigo" para comerciantes y ciudadanos, propiciaron el provisional reencuentro. En ocho años de obras tres proyectos de tres ejecutivos distintos -BNG, PP, y PSdeG- se han estrellado en una plaza cuyo coste global superará los 22 millones de euros. "Es la peor desfeita de la democracia" resume la oposición.

Para el gobierno local, que lidera en minoría el PsdeG, el proyecto tampoco es plato de gusto. "Marrón" o "parto difícil" fueron alguno de los calificativos que usó el portavoz socialista, Ramón Veloso, para referirse a la urbanización de este espacio que arrancó en 2002 con la retirada de la estatua de Franco. Por el camino se han quedado dos alcaldes: el nacionalista Xaime Bello y Juan Juncal, del Partido Popular. El tercero, Vicente Irisarri, del PSdeG, tuvo que plegarse anteayer a las exigencias de IU para sumar los trece votos necesarios, desbloquear las obras y dar un paso adelante hacia el fin de un proyecto que no le satisface pero en el que ha empeñado su crédito político.

En un pleno celebrado el jueves que se prolongó hasta la madrugada, PSdeG e IU, condenados a entenderse, dieron luz verde al pliego de condiciones para transformar el subsuelo de la plaza en un gigantesco gimnasio con spa y piscina de 5.200 metros cuadrados.

Un mes después de retirar el pliego de condiciones del orden del día por falta de apoyos, Irisarri volvió a presentarse el jueves sin aliados con lo que la sesión dio todo el protagonismo a Izquierda Unida. Su portavoz, Yolanda Díaz, descalificó el proyecto y acorraló al gobierno. Sólo tendió la mano en el último minuto. "No nos engañemos, es la privatización de un espacio público pero la ciudadanía quiere ver acabada la obra" justificó. Tras un receso a puerta cerrada, Irisarri y Díaz cerraron un acuerdo que recoge las exigencias de IU para endurecer las condiciones de la concesión.

El canon de mínimos que había diseñado el PSdeG, (3.000 euros) pasa a 40.000 euros anuales con unos intereses que revisarán cada ejercició. La adjudicataria tendrá que invertir cinco millones en la obra y adelantar uno más al ayuntamiento como renta anticipada por una concesión a 40 años.

La solución para salir de la encrucijada y rentabilizar las dos plantas construidas bajo el suelo no ha estado exenta de polémica. Fue un proyecto heredado del anterior gobierno, PP e Independientes por Ferrol, que "transformaron todas las plazas públicas en solares" criticó el portavoz socialista. Sin embargo, PP e IF se desmarcaron del proyecto. Amagaron con rechazarlo antes de abstenerse, igual que el BNG. Durante su mandato promovieron la construcción de un edificio de cinco plantas sobre la plaza que la Xunta ordenó parar por ilegal. El Tribunal Supremo no halló indicios de delito, pero la constructora ya había edificado dos plantas bajo rasante.

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