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Armstrong pasó 13 controles durante el Tour

Carlos Arribas

Hace dos semanas, la Agencia Francesa Antidopaje (AFLD) denunció que durante el último Tour, entre otras cosas, la Unión Ciclista Internacional (UCI) mantuvo un trato de favor hacia el Astana en general y hacia Lance Armstrong en particular en la organización de los controles antidopaje. La UCI ha respondido con un contrainforme en el que no sólo rebate las acusaciones de la agencia con la que organizó a medias los controles, sino que la acusa de negligencia y torpeza.

Recuerda la UCI que, en efecto, trató de forma diferente al Astana, pero en el sentido de que fue el equipo al que más controles hizo, 81 en los 21 días de carrera, más del 10% de los 762 que hizo a todos los equipos. Y de ellos, 13 fueron a Armstrong, a quien ya habían controlado 22 veces antes del Tour. También recuerda la UCI cómo ordenó 190 controles fuera de competición en el mes previo, mientras la AFLD se conformó con 13, y cinco de ellos se invalidaron por indicar en las muestras los datos completos de los ciclistas, todos ellos del mismo equipo francés.

Explica la UCI que los médicos de la AFLD estuvieron de acuerdo en dejar dormir 35 minutos más a los corredores del Astana el 11 de julio an Andorra ya que por las dificultades del traslado no se habían podido acostar hasta pasada la medianoche. Según el informe de la AFLD, que esconde la aquiescencia de su propio médico, el retraso podría haber permitido a los corredores organizar un sistema para hacer trampas en el control.

Pinchazos en hueso

De los 762 controles -más de cuatro por corredor, 34 por día, tres laboratorios-, que convierten al Tour en el evento más complejo tras los Juegos Olímpicos, 185 fueron de orina, 246 de sangre y 331 de pasaporte biológico.

Los controles de sangre fueron los más complicados, subraya la UCI, en algunas ocasiones ya que los médicos de la AFLD, uno de ellos un psiquiatra con nula experiencia en el asunto, no eran especialmente hábiles a la hora de encontrar las venas de los corredores, a los que sometieron a repetidos pinchazos en hueso. Todos soportaron estoicamente, sin quejas, el procedimiento. Algunos, incluso, se esforzaban en tranquilizar a los médicos, visiblemente nerviosos por su torpeza.

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Sobre la firma

Carlos Arribas
Periodista de EL PAÍS desde 1990. Cubre regularmente los Juegos Olímpicos, las principales competiciones de ciclismo y atletismo y las noticias de dopaje.

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