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Reportaje:Gran Premio de Malaisia

El 'factor Lorenzo'

La presión del español ha obligado al campeón a forzar la máquina hasta el límite, como nunca antes

Oriol Puigdemont

Desde que debutó en MotoGP en 2000, Valentino Rossi nunca se había caído más de dos veces en plena carrera en una misma temporada. El título que Casey Stoner consiguió en 2007 propició un cambio de mentalidad y de hábitos del italiano, que pasó de vivir a todo tren, fiestas descontroladas hasta altas horas de la madrugada, a centrarse en su preparación y así afrontar con más garantías la reconquista del título. La irrupción de Jorge Lorenzo, su compañero en Yamaha, significó otro problema añadido para Rossi; un problema que este año ha crecido de forma exponencial y que, según vaticina el propio campeón, la próxima temporada será mayor.

El motociclista de Tavullia ya luce orgulloso su séptima corona de MotoGP. Como ha reconocido varias veces, ésta ha sido la temporada más intensa que ha vivido debido al factor Lorenzo. El curso del italiano no puede interpretarse, tampoco su éxito, sin tener en cuenta la figura del español, que le ha llevado al límite, le ha exigido más que nunca y le ha acercado al abismo e impulsado a cometer más errores.

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Rossi se ha caído tres veces (Le Mans, Donington Park e Indianápolis). Además, la llegada del mallorquín a Yamaha también ha añadido presión al equipo técnico del 46, que en algunos momentos ha equivocado el tiro. "Antes, a Vale le bastaba con rendir al 95% para vencer a los demás. Ahora, si no está al 100%, gana Lorenzo", reconoce con la boca pequeña Davide Brivio, jefe de equipo de Rossi. "Este año ha sido el más difícil. Ha pasado más tiempo que nunca en el box. Eso es fruto de la importancia que ha adquirido el componente técnico. Todo debe estar perfectamente ajustado y calibrado porque, si no, no gana", puntualiza.

"Lorenzo ha llegado a asustar un poquito a Valentino", apunta Colin Edwards, ex compañero de Rossi, "pero él está acostumbrado a ganar todas las afrentas. Eso le hace aún más fuerte, como Popeye con las espinacas. Lo mismo pasará esta vez", zanja El Tornado.

A pesar de haber realizado unas pruebas secretas con la Yamaha, en el circuito de Almería, mientras aún corría en dos y medio (2007), Lorenzo no rodó en serio con el prototipo de MotoGP hasta la pretemporada de 2008. "Valentino ya se dio cuenta entonces de que Jorge iba a ser un problema. Entendió que a no iba a poder ganarle sólo con talento y por eso ahora se pasa tanto tiempo en el taller y entrenándose en el gimnasio, en la piscina y en la cantera [donde se ejercita con motos de montaña]", aseguran en el entorno del italiano.

La forma como Rossi ha enfocado la competición impresiona. Siempre busca un elemento motivador y en su nuevo compañero de escudería ha encontrado un impulso perfecto para seguir al pie del cañón, peleando por ganar carreras y, al mismo tiempo, engrandecer su propia leyenda. "Si no hubieran aparecido Stoner y Lorenzo, ya se habría retirado", considera alguien muy cercano al campeón. Lo que ocurre es que las cualidades de Giorgio, ésas que mantienen al italiano alerta, tensionado, y que le hacen circular al límite, no dejan de ser un obstáculo que, a veces, incluso se ha vuelto insuperable.

En su trayectoria en MotoGP, Rossi se ha encontrado con dos rivales de peso, Max Biaggi primero y Sete Gibernau después, a los que se midió, venció y enterró. Con Lorenzo no ha podido y parece difícil que lo consiga, como él mismo reconoce. "Jorge es uno de los rivales más duros que he tenido y que tendré. A nivel psicológico, es una roca. Me ha impresionado su hambre de victoria y su capacidad para recuperarse. Será campeón", concluye. Lo mismo opina Uccio, su sombra, su amigo del alma y la persona que le acompaña desde el día en que debutó, en este circuito, hace 13 años: "Lorenzo es distinto a Biaggi y Gibernau. Ellos llegaron a sugestionarse mucho con Vale. Le sufrían dentro y fuera del paddock mientras que a Lorenzo esa presión le da igual".

Uccio también se sintió un poco traicionado este verano cuando la marca de los diapasones permitió que el español renovara por sólo un año, algo que nunca le había permitido a su piloto estrella, el hombre que les sacó del agujero en el que llevaban 12 años. "Le dolió mucho el trato que Yamaha dio a Jorge porque antes de que Vale llegara la moto era una mierda mientras que con él comenzó a ganar inmediatamente", argumenta. "Lorenzo habló con Ducati y con Honda y nosotros nos hicimos a la idea de que se marcharía. Luego renovó y Valentino pensó: Bufff, otro año duro con este tío al lado", añade Brivio.

No parece haber mejor relevo de Rossi, tanto para Yamaha como para el Mundial, que Lorenzo. Ahora está por ver cuánto tiempo aguantarán juntos.

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