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Columna
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Querella contra querella

¡Esto es de juzgado de guardia! Cuántas veces no habremos incurrido en el tópico arrebato para señalar la gravedad de un desmán, para clamar ante lo insostenible de una situación que se nos antoja anómala pero a la que no encontramos otra salida que los vericuetos judiciales. Confieso que hace poco yo misma caí en la trampa de preguntar al público (retóricamente, en búsqueda desesperada de soluciones) que por qué no pleiteábamos en masa contra RTVV por flagrante incumplimiento de la ley.

Está mal vista la "maldita manía" de judicializarlo todo, principalmente la política. Querella sobre querella: Compromís contra el Tribunal Superior de Justicia por no investigar el caso Gürtel; PSPV contra la "presunta" financiación ilegal del PP basada en siete delitos; PP contra PSPV por denuncia falsa, y también contra el instructor del sumario, Baltasar Garzón... Y otros partidos me cuentan que no litigan por lo caro que resulta, como Esquerra Unida.

Muchas de estas iniciativas buscan emplazar al primo de Zumosol (el poder judicial) a que intervenga en casos clamorosamente turbios. Lo malo es que algunas veces es el susodicho pariente el que les ha dado carpetazo. Y en la administración de los asuntos públicos, estos recursos también señalan que los otros dos poderes democráticos no han funcionado como debieran: ved si no el comportamiento de Gobierno y Parlamento valencianos ante los casos de corrupción. Por tanto, hay que formalizar denuncias: para que el arzobispado no se quede con lo ajeno, para que personas dependientes sean atendidas como marca la ley, para que empresas acreedoras de la Generalitat cobren lo que se les debe, para que los puentes no sean trampas mortales, para que colegios e institutos dispongan de edificios y personal, para que no se corte la señal de la única televisión decente en catalán...

"Nos veremos en los tribunales". En lugar de partirle a alguien la jeta le emplazamos, en un arranque de civilidad, a estos modernos campos del honor. También después de dar cien tumbos y presentar mil instancias para reclamar lo que nos parece un legítimo derecho. Y así están los juzgados: colapsados amén de insalubres, según Gabriela Bravo, del Consejo General del Poder Judicial (el Consell lleva meses sin pagar, entre otros servicios, la limpieza y abogados de oficio, qué peligro).

Para terminar, y en relación a las amistades peligrosas en el ámbito de la alta magistratura, una sabia reflexión de Oscar Wilde: "Es muy difícil no ser injusto con lo que uno ama".

PD. Aguardemos el imperio de la ley, pero no sentadas y sentados. Al menos una parte de la mortecina sociedad civil se levantará y andará el sábado 31 a partir de las 6, en San Agustín de Valencia.

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