Alerta ecologista contra el cierre de la M-50
WWF pide la retirada del plan que prevé perforar el monte del Pardo
La organización ecologista internacional World Wide Fund (WWF) alertó ayer sobre los graves efectos para el medio ambiente que tendrá sobre el monte del Pardo su horadamiento para la construcción de un túnel de cierre de la carretera de circunvalación M-50, entre las autovías de Burgos y A Coruña. El Gobierno regional, que preside Esperanza Aguirre, pergeña un plan que prevé perforar un túnel de 10.300 metros bajo el monte madrileño, de 15.000 hectáreas, que goza hasta ahora de la máxima protección como Reserva de la Biosfera y por hallarse adscrito a la Red Europea Natura 2000 por su elevado valor ecológico. Alberga un tupido bosque mediterráneo, con vastas extensiones de encinares, robledales, choperas y pinares, así como una avifauna en la que figuran numerosas especies protegidas y algunas otras en trance de extinción. Está vallado. Por sus predios cruza el río Manzanares, que se ensancha entre bosques y arenales con miles de reses, cérvidos y jabalíes.
La alerta de WWF surge después de conocerse que el Ministerio de Fomento ha retirado el recurso de inconstitucionalidad presentado años atrás contra el plan de cierre que proyecta aplicar del Gobierno regional. La organización ecologista supranacional resalta que, de consumarse la construcción del túnel, su coste medioambiental y económico será muy elevado y de baja utilidad para los ciudadanos.
"La realización de esta infraestructura posiblemente no pasaría una evaluación de impacto ambiental", aventuró Luis Suárez, responsable del programa de especies de WWF España (la declaración de impacto ambiental la realiza el propio Gobierno regional). La organización ecologista propone destinar a la mejora del sistema de transporte público los 2.900 millones de euros que se calcula consumirá la infraestructura. Propone paliar así la contaminación que caracteriza la atmósfera madrileña, de la cual el monte del Pardo compone un verdadero y salvífico pulmón, que ha permanecido en estado natural desde que en la Edad Media fuera cazadero del pueblo de Madrid, para pasar posteriormente a dominio real tras la Guerra de las Comunidades de Castilla, en torno a 1520, según varios historiadores. Por otra parte, una nueva especie en trance de extinción, el denominado "topillo de La Cabrera", que habita en zonas aledañas al monte del Pardo, en el Parque Regional de la Cuenca Alta de Manzanares, puede igualmente desaparecer con las obras, cuya envergadura provoca temores en las distintas plataformas ciudadanas que se oponen al cierre de la M-50 en esa zona. Así, Santiago Martín Barajas, portavoz de Ecologistas en Acción, teme que el cierre "lleve aparejada una urbanización descontrolada en zonas aledañas". Medios ecologistas recuerdan que Esperanza Aguirre, cuando era concejal de Medio Ambiente de Madrid, amenazó con encadenarse a un árbol de la Casa de Campo si se aprobaba el trazado de la línea 10 del Metro bajo este otro bosque madrileño.
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