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Reportaje:

Llidó por fin descansa en paz

Chile decreta siete años de prisión para los cuatro agentes de la policía secreta acusados de la desaparición del cura de Xàbia

Más que castigar a los verdugos, lo que la justicia de Chile ha hecho es rehabilitar la memoria de un luchador infatigable. La Corte de Apelaciones de Santiago ha condenado a siete años de cárcel a los cuatro miembros de la DINA, la feroz policía secreta del dictador Augusto Pinochet, acusados en 1974 del secuestro y la desaparición del sacerdote de Xàbia Antoni Llidó, militante de varias organizaciones de izquierda y defensor de la implicación de la Iglesia católica en el destino de los más débiles.

Concluyen así años de lucha en los que la familia del religioso buceó en las cloacas del terror para averiguar su paradero. Fue visto con vida por última vez el 25 de octubre de aquel año, cuando le sacaban de un campo de concentración donde había sido sometido a torturas. Su cadáver nunca apareció. "Con esta sentencia logramos que se censure un régimen atroz como fue la dictadura de Pinochet" señaló ayer Josefa Llidó. El fallo de la Corte, que ratifica otro dictado por un juez de primera instancia en septiembre de 2008, condena a miembros clave de la cúpula de la DINA como su ex jefe, el general Manuel Contreras, y otros tres agentes de inteligencia del Estado. Y les obliga a pagar a la familia del sacerdote una indemnización de 188.000 dólares. Los condenados aún pueden presentar recurso ante el Tribunal Supremo.

"La sentencia censura el régimen atroz de Pinochet"
La hermana del religioso admite que la condena se queda "corta"

Llidó matizó que "la condena es corta porque los policías estaban acusados sólo de secuestro y desaparición y no de asesinato, ya que el cuerpo nunca ha sido localizado". Y eso que se buscó durante años. Incluso un ex agente de la DINA aseguró que se encontraba en Colonia Dignidad, al sur del país. Allí se abrieron varias fosas pero no apareció ningún cadáver. "No tenemos esperanza de lograr una sentencia más dura porque ya no hay indicios de que su cuerpo vaya a aparecer, aunque sepamos que está en Chile y eso nos reconforta porque es donde él quería estar; se sentía chileno". Llidó vinculó su destino al de las clases populares del país austral. Nacido en Xàbia en 1936 y tras una dura trayectoria en la España de Franco (encarcelado en 1967 por confraternizar con la tropa en el hospital de la Marina), llegó a Chile en 1969 y su compromiso social fue creciendo. Se vinculó primero a la Unidad Popular al Movimiento de Cristianos por el Socialismo y después al Movimiento de Izquierda Revolucionaria. Durante el golpe del 11 de septiembre de 1973 opuso resistencia a los militares que cercaban una fábrica textil de Quillota y pasó a la clandestinidad. Fue detenido el 1 de octubre de 1974 e internado en dos campos de tortura. Luego desapareció, asesinado, según una comisión de investigación, por los agentes del Estado. Treinta y cinco años después, los culpables han pagado.

Josefa Llidó muestra una foto en la que su hermano aparece junto al presidente chileno Salvador Allende.
Josefa Llidó muestra una foto en la que su hermano aparece junto al presidente chileno Salvador Allende.JORDI VICENT
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