"Ahora ya sé que soy bueno"
Un par de horas después de haber cruzado la meta de Phillip Island (Australia) ya como campeón del mundo de 125cc, Julián Simón (Toledo, 1987) apenas había podido despojarse del mono de cuero, que olía a cava, el aroma de la gloria en el universo de las carreras, cuando atendió a EL PAÍS. Para alcanzar el título, Simón debía terminar la carrera por delante de Bradley Smith, su principal oponente durante todo el curso. El británico, uno de sus compañeros en el equipo Aspar, se lo puso peliagudo. Le vino a decir que iba a tener que ganar. Y Simón aceptó el reto: circuló tras él más de diez vueltas y en la última le abrasó en una maniobra exquisita al abordar una agresiva frenada a la derecha, casi sin mover su Aprilia, muy fácil. La victoria, la quinta de la temporada, le convierte en el undécimo español campeón mundial de motociclismo.
"Cuando estaba en 'dos y medio', llegué a pensar que no era capaz de ganar"
"El motocross es mi pasión desde pequeño. Me sirve para desconectar"
Pregunta. ¿Qué le viene a la cabeza?
Respuesta. El año pasado, lo mal que lo pasé porque llevaba dos años en dos y medio, tenía una buena moto y estaba en un buen equipo [KTM], pero no conseguía hacer buenas carreras. Eso me generó muchos problemas y así vine a parar aquí. También me acuerdo de cuando comencé, de todo lo que he luchado.
P. ¿Llegó a dudar de su capacidad?
R. En muchas ocasiones me pregunté si estaba tan capacitado para ir rápido en dos y medio. Llegué a pensar que no iba a ser capaz de pelear por ser campeón.
P. ¿Cómo explica su cambio de rendimiento?
R. Siempre he sabido que podía ir muy rápido, por mi técnica y por mi nivel, pero mentalmente, a veces, he tenido dudas. Este año, por varias razones, he tenido opciones de estar arriba. Por la moto, por mí y también por el equipo, que me ha ayudado un montón. El invierno fue clave. El primer día que me subí a la moto, en Valencia, lo vi todo muy negro.
P. ¿Y cómo cambió?
R. Gracias al equipo. Desde aquel día nos pusimos a trabajar, a probar cosas. Ellos tenían más claro que yo que podía ser campeón.
P. ¿Tanto ha cambiado esta categoría desde que usted la dejó a finales de 2006?
R. El paso de 125cc a 250cc es más bonito, más natural y más fácil porque te subes a una moto que lleva unos neumáticos más anchos y pesa más, lo que la hace más estable en las curvas, y los frenos van mejor. Lo que encontré al bajar fue una moto difícil de conducir, que casi no corría. Además, tenía muy fresco el feeling de la dos y medio.
P. En la pista, ¿se siente tan cómodo como parece?
R. Si me comparo con los demás, me veo más tranquilo. Tengo mucha experiencia y he demostrado que soy constante y que puedo ganar. Me siento muy seguro, con confianza, y soy de los más rápidos. Ahora me lo creo.
P. ¿Qué supone este título?
R. Ahora ya sé que soy bueno. No es fácil descender de categoría y, de entrada, aspirar a ganar el campeonato.
P. ¿Qué sacó de su etapa al lado de Dani Pedrosa?
R. Aprendí muchas cosas y siempre se ha interesado por mí, me aconseja.
P. ¿Qué tiene el equipo Aspar para recuperar a pilotos como usted o Álvaro Bautista y hacerlos campeones?
R. Tienen mucho ojo y todo está muy organizado. Es difícil que un equipo funcione bien en esta categoría y Aspar demuestra que sabe cómo hacerlo. Además, son como una familia.
P. ¿Qué objetivo se marca el año que viene en Moto2?
R. Será una temporada clave. Quiero trabajar y estar tranquilo porque tengo unas ganas tremendas de poder confirmar que soy bueno.
P. Usted se entrena a menudo en motocross junto a Jonathan Barragán, uno de los mejores del mundo. ¿Qué le aporta cuando sale a la pista?
R. Me sirve para desconectar. Es mi pasión desde pequeño. Técnicamente, me da mucha confianza. Aprendes a derrapar y coges ritmo. Intento hacer tandas largas. Y todo eso, divirtiéndome.
P. Es de los pocos pilotos de 125cc que cruza la moto en las frenadas. Ese estilo va bien en Moto2.
R. Me sale natural. No es para dar espectáculo. Lo hago para tener más confianza en la entrada de la curva. Cuando la moto derrapa y se cruza, sé que las cosas van bien. Mi estilo, el motocross y el supermotard y también mis hechuras [1,68 metros y 61 kilos] probablemente me irán bien en Moto2. Seré competitivo.
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