Sólo el 'lehendakari' intervendrá tras las manifestaciones, con un mensaje pactado por los partidos

Un documento denominado Protocolo de actuación para la movilización social contra ETA después de atentados busca la unidad entre los partidos en las respuestas a la banda terrorista. El borrador, al que este periódico ha tenido acceso, propone distintas pautas según los atentados provoquen o no víctimas mortales o heridos y también dependiendo de si se producen en Euskadi o fuera de la comunidad autónoma.

La directora de Atención a las Víctimas del Terrorismo, Maixabel Lasa, ha transmitido a los partidos el texto base para el consenso, que busca en contactos mantenidos con las principales formaciones en las últimas semanas, y a falta sólo de los integrantes del Grupo Mixto: EB, con cuyos representantes se reúne hoy, y EA y UPyD, que ayer concertaban cita con la Dirección de Víctimas para la semana próxima.

El borrador no le gusta a Egibar, pese a su esfuerzo por conciliar posturas

El texto defiende la movilización en las calles contra "la resignación"

El objetivo de Lasa es garantizar la unidad de los partidos democráticos y evitar la escenificación de críticas y diferencias entre ellos que se apuntó tras los actos de repulsa por el asesinato del inspector de policía Eduardo Puelles en julio pasado, que tuvo en el contenido del discurso del lehendakari y la intervención después de su viuda los principales elementos de roce. Se trata, según se afirma en la introducción, de "liderar, coordinar y ordenar la respuesta institucional". La unidad de los partidos en torno a ella, se afirma también, es "el primer objetivo político". "El acuerdo entre todas las formaciones que consideran la violencia un instrumento perverso e incompatible con las reglas de juego de la democracia es un valor en sí mismo", que tiene "calado estratégico".

El núcleo principal de las propuestas concretas contenidas en el documento lo constituye el planteamiento de que el lehendakari informe a los partidos de la convocatoria de las grandes manifestaciones [cuando haya una víctima mortal en Euskadi] y que sólamente él intervenga a su término. El contenido del comunicado que leerá sería consensuado previamente con las demás fuerzas parlamentarias. Los representantes de estas y de las demás instituciones aparecerán tras él, "en imagen visible", mientras procede a su lectura, se explicita también.

Respecto de los familiares de las víctimas, el borrador de la propuesta plantea que se les facilite "su intervención ante los medios informativos", si desean realizarla, pero no tras los actos públicos convocados, a diferencia de lo que sucedió con la viuda de Eduardo Puelles, cuyo desahogo incomodó principalmente al PNV.

Las marchas, propone el documento, serán silenciosas y su lema será también acordado. La pancarta la llevarán siempre llevada víctimas del terrorismo arropando a los familiares afectados. Los representantes institucionales irán detrás y en una tercera fila los de los partidos y los agentes sociales.

El texto parte de la afirmación de que el compromiso con la la movilización ciudadana contra el terrorismo es un objetivo prioritario de las instituciones y un "medio eficaz en el combate contra el terrorismo y su deslegitimación social, moral y política". "La calle es y debe seguir siendo", sostiene, "un espacio para manifestar la dignidad de un pueblo (...) un lugar por donde asoma con civismo la conciencia colectiva" y "el marco más propicio" para neutralizar "la resignación, el fatalismo, la pasividad o la falta de coraje o solidaridad".

El acuerdo no se presenta fácil, a tenor de la posición contraria a su contenido que ayer adelantaron ya en el Parlamento los portavoces del PNV, Joseba Egibar, y Aralar, Aintzane Ezenarro. "He leído ese borrador y no me gusta", anunció Egibar. "También ocurren hechos políticos graves y podría pensarse en otro protoclo político de cara a la defensa del futuro de este pueblo ante tantos ataques", añadió. Pese a ello, Egibar admitió que "habrá que hablar" y advirtió de que éste "no puede ser un debate público". Aunque vio posible "compartir pancarta y calle", agregó que no llamen a su partido si se le pide compartir la estrategia del Pacto Antiterrorista de 2000: "ni para protocolos ni para nada". En idéntica dirección apuntó Aintzane Ezenarro. "No disimulemos, no estamos de acuerdo en la estrategia para acabar con ETA y veo casi imposible que lo estemos más allá de expresar el dolor, el rechazo, el pésame y la solidaridad con las víctimas", dijo.

Estas intevenciones se produjeron durante el debate de una propuesta de EB, cuyo portavoz, Mikel Arana, desveló en la tribuna los contactos de la directora de Víctimas con los partidos y abrió en canal un debate que hasta ahora se llevaba discretamente. La propia Lasa le pidió el miércoles a Arana que retirara su propuesta, que pedía justamente que el Parlamento instara al Gobierno "a establecer un protocolo de actuación, consensuado entre todas las organizaciones e instituciones implicadas, ante los actos de condena por atentados de ETA".

La iniciativa fue rechazada, apoyada sólo por el PNV, pese a la petición de discreción de Egibar. El PSE y el PP se opusieron. "Como ha dicho usted, ya hay un esfuerzo en el Gobierno para un protocolo en el sentido que demanda", dijo el popular Leopoldo Barreda. El socialista José Antonio Pastor, dejó expreso en la tribuna su disgusto y desacuerdo por el debate en público de una cuestión en la que el Gobierno "lleva trabajando de julio para acá" en busca de consenso.