Pasillos estrechos en el mercado 'provisional' de Sant Antoni
Los carritos de la compra se convirtieron ayer en un arma peligrosa en el estreno de la carpa provisional del mercado de Sant Antoni. Mientras el paso era cómodo en la carpa de los Encantes, en la del producto fresco avanzar era misión imposible en algunos puntos. Las dos instalaciones -que estarán no menos de cuatro años- son idénticas pero las cámaras y almacenes de la alimentación restan espacio entre los puestos. Resultado: pasillos estrechos y congestión. "Bueno, esto será los primeros días, luego ya se verá", decía un carnicero. Pese a los apretujones, tenderos y clientas parecían satisfechos: "Es que el mercado viejo estaba muy vacío", decía una clienta.
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