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Reportaje:CARTA DEL CORRESPONSAL / Pekín | Economía global

Millonarios por doquier

China está viviendo el proceso de transformación económica y social más rápido, más profundo y de mayor magnitud de la historia de la humanidad. No hace tantos años tener un coche, una lavadora o incluso un reloj era un sueño al alcance de pocos en este país. Pero un día, Deng Xiaoping, convertido en máximo líder tras la muerte de Mao Zedong en 1976, se inventó una fórmula destinada a sacudir la economía y tirar por la ventana la herencia ideológica de su predecesor al tiempo que mantenía el poder absoluto en manos del Partido Comunista Chino. Nació así el llamado socialismo con características chinas -el sistema económico aún hoy vigente-, y con él la famosa frase del llamado Pequeño Timonel: "Hacerse rico es glorioso".

"Hacerse rico es glorioso", dijo el el líder reformador Deng Xiaoping
China es hoy una de las sociedades más desiguales del mundo
Ya hay 130 chinos con una fortuna superior a 1.000 millones de dólares

La sentencia de Deng desató una ola de pasión emprendedora privada que, sumada a las ingentes inversiones extranjeras recibidas en las tres últimas décadas, ha convertido el país asiático en la tercera potencia económica del mundo tras Estados Unidos y Japón, aunque, al mismo tiempo, ha hecho de China una de las sociedades más desiguales del planeta, que no figura en entre los cien primeros países en renta per cápita.

Varios cientos de millones de personas han salido de la pobreza desde que Deng lanzó el proceso de apertura y reforma en diciembre de 1978. Y, por encima de ellas, muchas se han hecho ricas hasta niveles que quizás nunca imaginaron.

Es el caso de Wang Chuanfu, fundador del fabricante de baterías y coches BYD (siglas en inglés de build your dreams, o construye tus sueños), que se ha erigido en la persona más acaudalada de China gracias a la inversión realizada en su empresa por el multimillonario estadounidense Warren Buffet, que pagó 230 millones de dólares en septiembre de 2008 por una participación del 9,9%.

Wang, de 43 años, ha subido 102 puestos en la clasificación, hasta situarse en el número uno, según el informe Hurun, que publica cada año la lista de los mil chinos más ricos del país. Tras la entrada de Buffet, las acciones de BYD se dispararon, y la fortuna de Wang, que posee el 27,8% de la compañía, ha alcanzado 5.100 millones de dólares, superando los 4.900 millones de dólares de Zhang Yin, creadora de la empresa de reciclaje de papel Nueve Dragones. Zhang lideró la lista en 2006. El valor de la fortuna de Wang Chuanfu se ha multiplicado por más de cinco; el año pasado era de 880 millones de dólares.

El modelo F3 de BYD es este año el más vendido de China. La compañía, fundada en 1995, produce el 30% de las baterías de los teléfonos móviles del planeta, y aunque no entró en el negocio automovilístico hasta 2003, se ha fijado como meta ser el primer fabricante de coches de China para 2015, y del mundo para 2025. Su apuesta pasa por el desarrollo de automóviles eléctricos y las energías limpias. El grupo tiene una división de energía eólica y solar.

Mientras Wang logra su objetivo, cada vez hay más ricos en China. El número de mil millonarios en dólares ha pasado de 101 en 2008 a 130 este año, aunque podría haber otros tantos cuya identidad se desconoce.

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