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Reportaje:moda

Extrañas parejas

El curioso nuevo dúo de Ungaro, la actriz Lindsay Lohan y la diseñadora Estrella Archs, presentan su colección

Eugenia de la Torriente

De esperpéntica pantomima mediática hay que calificar el espectáculo que ayer ofreció la casa Emanuel Ungaro en la semana de la moda de París. Hace tres semanas, anunció que su nueva diseñadora era Estrella Archs (nombre artístico de la catalana Esther Angulo, de 35 años) y que la actriz Lindsay Lohan ejercería de asesora creativa. El peculiar dúo presentó ayer en París su primera colección, dominada por vestidos mínimos y colores vivos. Entre bambalinas , se desató la histeria de los fotógrafos. "Suponía que habría expectación, pero no imaginaba algo así", acertaba a decir la catalana tras una caótica lluvia de flashes. La actriz de 23 años, más famosa por sus salidas nocturnas que por su cine, ofrecía un aspecto lamentable. Con el rostro abotargado, en varios momentos parecía estar al borde de las lágrimas. Atinó a dar entrevistas en las que profesó su admiración por Estrella y su excitación por esta aventura profesional.

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En un aparte, la diseñadora matizaba: "Lindsay es una persona más de mi equipo. Escucho muchas opiniones, entre otras, la suya". Para bien o para mal, su unión con la actriz afectará a la percepción de su ropa. "Las famosas son parte de nuestra cultura", justificaba Archs, "pero espero que el trabajo se valore por sí mismo". Por desgracia, lo que se vio sobre la pasarela fue una efectista e incoherente sucesión de ideas presuntamente sexies, como corazones de lentejuelas en pezones y solapas. Su planteamiento y confección estaban tan lastrados por las prisas que es de esperar que Archs, una diseñadora prometedora, disponga en el futuro de condiciones más dignas para demostrar su talento. Por desgracia, la paciencia no abunda en esta casa: es la quinta persona que intenta suceder al fundador tras su retirada en 2004.

Seguramente habrá una explicación freudiana a la fijación colectiva por el erotismo y la lencería en este momento de zozobra. Ahora bien, para justificar que, de forma recurrente, venga del brazo de lo militar sería mejor Groucho Marx. Sólo él podría encontrar la lógica de esa otra extraña pareja engendrada este fin de semana en París. Aunque, tal vez, su humor haya encontrado una insospechada heredera en Rei Kawakubo. La hermética y conceptual diseñadora japonesa exhibió el sábado algo parecido a una vena irónica. Tomó ambas referencias, junto a la cargante fijación por las hombreras, y creó una colección que, a su enigmática manera, parecía reírse del sistema de la moda. Desde la atípica lentitud de las modelos hasta los vestidos confeccionados a partir de hombreras y sisas, se apelaba a una reconstrucción de los códigos establecidos. Las gabardinas transparentes y las chaquetas hechas con retales color caqui hablaban de la fijación corsetera-militar de una forma absolutamente nueva, dejando las literales aproximaciones de sus colegas a la altura del disfraz.

Una de las más dolorosas fue la de Jean Paul Gaultier. Porque pocos pueden acreditar tanta legitimidad en el subversivo arte de la exhibición de la ropa interior. Gaultier desempolvó el sujetador-cono que creó para Madonna 20 años atrás y ofreció nuevas versiones bastante dudosas: ¿necesitábamos verlo en el trasero o convertido en un peto rosa de inspiración hip-hop? Tampoco la combinación de lencería fluorescente y caqui fue lo más destacable de la cuarta colección de Stuart Vevers para Loewe. Sí en cambio la moderna forma en que exhibió la técnica de los artesanos españoles para trabajar la piel.

En el caso de Viktor&Rolf, la lencería no aliaba con lo militar sino que estaba llamada a "suavizar la sastrería". Los holandeses animaron su "alta costura de crisis" con una actuación de Roisin Murphy. "Todos hablan de recortes, así que hemos cogido vestidos de princesa y los hemos cortado", contaban. Los grandilocuentes vestidos de tul con agujeros aparecieron al final, tras prendas más cotidianas en las que las solapas de esmoquin se mezclaban con los drapeados color pastel y las inevitables referencias a la ropa de cama. Se avecina una temporada complicada para el pudor.

Estrella Archs y Lindsay Lohan.
Estrella Archs y Lindsay Lohan.EFE
Desfile de Gaultier.
Desfile de Gaultier.EFE

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