Las dos ruedas se echan a la calle

Miles de madrileños (300.000, según los organizadores) se echaron ayer de nuevo a las calles para celebrar la XXXI edición de la Fiesta de la Bicicleta. Los deportistas se encontraron con dos elementos que les llamó a salir con su máquina de dos ruedas: el día soleado y el corte de las principales vías de la capital cortadas.

En el recorrido se pudo ver a familias enteras -niños con bicis enganchadas a las de sus padres o transportados en silli-tas-, jóvenes y adultos de todas las edades en bicicletas tradicionales, tándem o triciclos, según informa Efe.

El pistoletazo de salida a los 22 kilómetros del recorrido se produjo a las nueve de la mañana en la confluencia de las calles de Menéndez Pelayo e Ibiza. En los primeros momentos se circuló con bastante dificultad debido a la gran cantidad de participantes que se habían congregado en esta edición. De hecho, algunos tardaron media hora en lograr pasar por delante de la salida desde que se produjo el pistoletazo. "No es una carrera, es una fiesta. No hay que correr, hay que disfrutar de las calles de Madrid", repetía constantemente el locutor de la prueba.

La mayoría de ciclistas iban ataviados con ropa deportiva y con el casco reglamentario, aunque algunos se atrevieron a lucir pelucas o disfrazarse de toreros o escoceses. La Policía Municipal fue restableciendo el tráfico a medida que iban pasando los participantes por cada una de las calles del recorrido.

El Samur-Protección Civil desplegó a 50 efectivos durante la carrera. Al final de la jornada, los sanitarios tuvieron que atender a 25 personas, de las que seis fueron trasladadas a centros hospitalarios. Todas fueron de carácter leve y se debieron a caídas y atropellos entre ciclistas, según Emergencias Madrid.