Un partido ante el desafío de su propio 'cambio'
Patxi López cerrará hoy la lista de la ejecutiva que desvelará cuánto será de profundo el cambio interno, en las personas y en la estructura, con el que el PSE-EE se disponga a afrontar los cuatro próximos años. Pero sí es claro ya que, además del congreso triunfal del acceso al Gobierno, será el de la gran apuesta de los socialistas vascos por reforzar su discurso de país, centralidad, normalidad institucional y transversalidad, ésta última mantenida como seña de identidad a despecho de las acusaciones nacionalistas de frentismo por el acuerdo con el PP. También el del inicio de una ofensiva decidida para la disputa del liderazgo político y electoral del país al PNV. Los socialistas viven su primer Congreso en el poder y lo hacen con unas expectativas de crecimiento y expansión social que deberán contrastar en dos convocatorias cruciales para ellos y para su continuidad en el Gobierno: las elecciones municipales de 2011 y las autonómicas de 2013. Ésos son los dos retos cuyo desenlace medirá al equipo dirigente que hoy se perfile. El PSE-EE se enfrenta ahora a su propio cambio interno y la intención de sus dirigentes es hacerlo siguiendo varias directrices. La separación de responsabilidades y dedicaciones entre el Gobierno y el partido; la salvaguarda de los equilibrios territoriales y el ensamblaje de dos generaciones, la del propio secretario general y lehendakari, Patxi López, y quienes han conducido al PSE a su posición actual, y la de los que ya asoman por detrás. Esos factores marcarán la composición de la nueva ejecutiva, junto con la paridad entre hombres y mujeres. La clave fundamental es que el Gobierno y el núcleo dirigentes del partido no sean exactamente lo mismo, y que éste último se pertreche para defender al primero y también para abrirle camino en la sociedad, ampliando su base y penetración, y perfeccionando su posición electoral, la mejor en términos históricos que ha vivido nunca el PSE. El otro reto es el generacional, planteado no tanto en términos de relevo drástico como de ensamblaje, de combinación entre experiencia y juventud. "No tirar nada de lo que nos ha traído hasta aquí, pero hacer sitio desde ya a quienes llevarán el peso del futuro", es la consigna- Algunos de éstos últimos saldrán del grupo parlamentario y entre ellos pueden contarse el secretario general del grupo, Oscar Rodríguez y Natalia Rojo. Tres miembros de la ejecutiva son este momento consejeros del Gobierno: Rodolfo Ares, cuyo papel en el partido va a cambiar sustancialmente, pero a quien López quiere mantener junto a sí en la ejecutiva, Isabel Celaa y Pilar Unzalu. La excepción de Ares puede traer consigo otras, se admite, como ya ocurrió en el primer gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, que se encontró finalmente, y contra su idea inicial, con varios ministros en la ejecutiva federal.
El nuevo equipo se medirá en la continuidad en el Gobierno en 2013
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