Los Juegos del "buen rollito"

"Nos lo han dado por Copacabana. Porque es un lugar mágico, con chicas hermosas, con una arena muy fina, con terrazas para ver la noche. Y por eso ha sido. Y porque se nos pone la piel así, ¿ves?", dice el brasileño Omar Echeime mostrando los pelos de su brazo. Como escarpias.

Fue oírse la voz de Jacques Rogge anunciando la ganadora de los Juegos de 2016 y los brasileños que estaban ayer en la plaza de Oriente se vinieron arriba. Llevaban toda la tarde haciendo ruido pero hasta ese momento sus sambas, sus gritos y sus pitidos habían sido ensordecidos por los gritos de apoyo de los madrileños a la candidatura española. Cuando estos se callaron, hablaron ellos. "Lula es un gran presidente. El mejor que puede tener Brasil. Y su apoyo y el de Pelé han sido muy importantes para que ganemos. Nos da pena por España y por Madrid, pero ahora empieza la fiesta", comenta Omar, cocinero y residente en la capital desde hace cuatro años.

El grupo de brasileños se hizo fuerte en la plaza y consiguió que las pelucas con los colores de la bandera del país salieran en los telediarios. En seguida se quitaron la camiseta, lucieron músculos y desparramaron su acento ante los reporteros que, vista la decepción en la que cayó la plaza, buscaban desesperados algo que echarse al bloc de notas.

Tiago y Andrés, dos hermanos que se empeñaron en quedarse afónicos, hicieron su análisis de la jornada de esta manera: "Creo que a los demás países les gusta mucho Brasil. Por eso que vosotros llamáis buen rollito. Porque siempre estamos de fiesta. Nuestros Juegos serán una juerga muy larga". La frase es de Tiago, estudiante de Arte en Madrid desde hace cuatro años. Su hermano estaba ya un poco cansado de atender a los periodistas y prefería hablar con dos chicas estadounidenses, rubias y vestidas con la camiseta de la selección española de fútbol. La fiesta de los brasileños no enfadó a nadie. La gente les dio la enhorabuena y los dejó bailando samba.