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Se desploma un techo de una escuela infantil de Móstoles

20 niños dormían a unos metros de la sala donde se produjo el derrumbe

Pilar Álvarez

La clase estaba totalmente a oscuras y casi en silencio. Algunos niños empezaban a despertarse de la siesta. La maestra, junto a la puerta de la sala donde cambian a los pequeños, intentaba tranquilizar a una chiquilla antes de llevarla al baño. "Hasta que no dejes de llorar, no entramos", le dijo. Y entonces se oyó el estruendo. El falso techo del cambiador se derrumbó antes de que abrieran la puerta, a unos metros de donde los pequeños de dos años de la escuela infantil Caleidoscopio (Móstoles) descansaban en las colchonetas. Los niños empezaron a llorar.

Los lavabos, los urinarios infantiles y el cambiador del aula, a la que acuden 20 niños cada día, se llenaron el martes de escombros, restos del techo y ladrillos. "Si ocurre un par de minutos antes o después, podía haber pillado a algún niño debajo", se lamentaba ayer María Ángeles Sánchez, la madre de un alumno. Ayer decidió no llevarlo a clase. El desplome se produjo sobre las tres y cuarto de la tarde, cuando los padres empiezan a llegar para recoger a sus hijos. "Mi marido entró y encontró a madres y profesores llorando, fue un susto enorme", añade esta madre. Los maestros cambiaron a los niños de aula para evitar accidentes.

La estructura cedió porque había dentro ladrillos viejos, según fuentes del centro

"Podía haber sido una terrible desgracia", lamentó Esther Alcalá, madre de otra niña y vicepresidenta de la Asociación de Madres y Padres de Alumnos de las Escuelas Infantiles de Móstoles, que pide una "revisión exhaustiva" de las instalaciones, reformadas este verano. "Nadie nos asegura que no haya más fallos en el resto de la obra, están jugando con la vida de nuestros hijos", añade Alcalá.

El Ayuntamiento de Móstoles aseguró ayer en un comunicado tras revisar el centro que la escuela infantil "tiene todas las garantías constructivas" y que ha abierto una investigación para "esclarecer las causas" del desprendimiento, del que ayer no quedaba ni rastro. Los concejales de Educación y Mantenimiento de Móstoles, Mirina Cortés y Jesús Pato, visitaron las instalaciones con técnicos. Ambos declinaron hablar con este periódico.

El Consistorio no explicó los motivos del derrumbe de un centro recién remodelado. El falso techo que se cayó era nuevo. La sala de aseos se amplió durante el verano para colocar más urinarios y lavabos. Debajo del techo nuevo, más bajo que el original, quedaron algunos ladrillos de la vieja pared, según fuentes del centro, que fueron los que cedieron y provocaron el derrumbe de la estructura.

Bomberos y personal de la empresa de reformas arreglaron el lunes por la tarde la sala, de unos 13 metros cuadrados y separada de la clase por una pared. La escuela infantil pública Caleidoscopio, con 120 alumnos menores de tres años y 25 años de antigüedad, es una de las guarderías municipales de Móstoles. El Ayuntamiento aprovechó el verano para hacer reformas tras cambiar el tipo de alumnado de sus centros. Todos pasaron de escolarizar hasta los seis años a ocuparse sólo del primer ciclo de Infantil (0-3), lo que requería reorganizar parte del espacio.

La mayoría de los padres llevaron ayer a sus hijos a la escuela infantil como cualquier otro día. El Ayuntamiento aseguró en su nota oficial que se informó a todas las familias de lo ocurrido. Pero a las puertas del centro a la hora de comer, hubo cuatro familias que se enteraron de que se había caído un techo de su guardería por las preguntas de este periódico.

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Sobre la firma

Pilar Álvarez
Es jefa de Última Hora de EL PAÍS. Ha sido la primera corresponsal de género del periódico. Está especializada en temas sociales y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en este diario. Antes trabajó en Efe, Cadena Ser, Onda Cero y el diario La Opinión. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Sevilla y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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