Mantos de dos mil años
El Museo de América ofrece una magnífica colección de piezas textiles pertenecientes a la cultura Paracas de Perú
Textiles bimilenarios de sorprendente cromatismo, con figuración profusa y abstracciones geométricas de elevada sofisticación se muestran al público en el Museo de América en la exposición Mantos para la eternidad. Textiles Paracas del antiguo Perú, comisariada por Ana Verde, responsable del arte precolombino.
Los objetos expuestos, mantos, camisas, tocados, sudarios y turbantes, elaborados con algodón o fibras naturales de camélidos, proceden de ajuares funerarios y presentan la particularidad de una milagrosa conservación, ya que la mayor parte de los tejidos antiguos, extremadamente sensibles a la luz y a la descomposición, apenas perduran un par de siglos. Por cierto, el textil más antiguo de España se encuentra en el monasterio de Las Huelgas, en Burgos; data de la Edad Media y es el vestido funerario de una dama regia de Castilla. Por contra, los expuestos en el Museo de América, junto al madrileño Faro de Moncloa, tienen 2.000 años y, al decir de Ginés Sánchez Hevia, autor del montaje, "para hacerse una idea de su antigüedad cabe decir que podría haberlos vestido la Virgen María". Sánchez Hevia ha conseguido un método de exhibición verdaderamente innovador: "Los textiles se disponen sobre un plano inclinado 30 grados, encima de una tela simple que impide su deslizamiento", puntualiza.
Los tejidos eran de algodón y de camélidos andinos como la vicuña
Según la comisaria, la permanencia bimilenaria de estos textiles se explica no sólo por su ubicación en una zona desértica, seca pues, del sur peruano, en una península del litoral meridional, más precisamente en la necrópolis de Wari Kayán, situada en la localidad de Cerro Colorado. Tal conservación obedece además, y sobre todo, "a la disposición de los ajuares funerarios según las costumbres de Paracas, que consistían en la envoltura de los difuntos en fardos de más de un metro y medio de altura con los ropajes dispuestos a modo de recipientes o sarcófagos, que les acompañarían al más allá". Todo favorecía una momificación especial y guarecía a los tejidos de la erosión y de la degradación naturales. Asimismo, estos fardos eran desenterrados, aventados y saneados reiteradamente, de manera que el impacto de la descomposición de los cadáveres en los textiles se veía muy amortiguado por la sequedad ambiental y por estas prácticas de oreamiento.
El hallazgo de esta importante necrópolis se debió al llamado padre de la arqueología peruana, Julio Tello, y data de 1925, cuando su descubrimiento procuró un potente desarrollo de los estudios de las civilizaciones andinas, que encuentran en Paracas un ubérrimo exponente de su riqueza.
Como singularidad destaca la presencia en los ajuares mortuorios de miniaturas de prendas textiles de vestir. Llama poderosamente la atención del visitante la iconografía de los mantos y otras prendas de vestimenta de Paracas, con su figuración a base de motivos ornamentales antropomorfos y zoomorfos -abundan las cabezas cortadas que remiten a la jibarización-, así como las formas geométricas trazadas en disposición de dameros o juegos de formas dentadas. Todo ello permite columbrar, por su profusión y riqueza, que casi todo en el mundo del diseño de textiles estaba ya inventado hace 2.000 años, como sucede con la orfebrería fenicia, cuyos diseños, aun anteriores y según los especialistas, gozan hasta hoy mismo de una modernidad igualmente asombrosa.
La exposición incluye 82 prendas con cenefas y fondos de una gama cromática que abarca desde los rojos, ocres, hasta los verdes, azules marinos y marrones, lo cual plantea numerosos interrogantes aún por despejar sobre la cultura Paracas, dada la perfección de tales manufacturas. Ello invita a pensar en qué tipo tan elevado de organización social acompañaba tan refinadas hechuras, con una armonía insólita en épocas tan tempranas por la evidente calidad del hilado, la confección, el tinte y el bordado de los textiles que la exposición muestra, todo ello ornamentado con cerámicas de culturas precolombinas coetáneas, así como utensilios, mazas o báculos empleados en el seno de las comunidades del litoral peruano.
Mantos para la eternidad. Textiles Paracas del antiguo Perú. Museo de América. Avenida de los Reyes Católicos, 6 (junto al Faro de Moncloa). Martes a sábados, de 9.30 a 15.00. Jueves, también de 16.00 a 19.00. Lunes, cerrado. Domingos, de 10.00 hasta las 15.00. Hasta finales de febrero.
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