Tres detenidos en El Ejido por estafar a ancianos a los que cuidaban

Dos mujeres de nacionalidad rusa y un vecino de Almería han sido detenidos por la policía acusados de estafar a ancianos en el municipio almeriense de El Ejido. Las personas objeto de la estafa debían tener un perfil determinado: que viviesen solas, que tuvieran una edad superior a los 70 años y que estuviesen enfermos y aislados.

Según la policía, muchas de las víctimas no saben ni leer ni escribir "o lo hacen con dificultad", carecen de recursos sociales para afrontar sus dificultades o desconocen los cauces legales para acceder a ellos y tienen un patrimonio "importante".

La investigación se inició en julio a raíz de unas denuncias y la operación aún sigue abierta y no se descartan nuevas detenciones que se sumarían a las de de Elena G. de 31 años, Lidia V., de 50 años, ambas de nacionalidad rusa, y Antonio F. C., de 51 años y natural de Almería.

Este último actuaba como persona de confianza proponiendo al anciano víctima de la estafa que una chica de origen ruso se fuera a vivir con él a su domicilio a cambio de realizar las tareas domésticas y cuidar de él. "En principio el perjudicado aceptaba dicha proposición pues, en la mayoría de los casos, el gancho dejaba entrever que existía la posibilidad de una relación sentimental con la chica. Una vez que ya esta interna se gana la confianza del anciano estableciendo una relación afectiva, comienza a solicitarle regalos, empadronamiento en el domicilio, proposición de matrimonio y la realización de actos de disposición patrimonial como solicitar dinero de la pensión, de sus ahorros, testamentar a su favor, firmar escrituras para figurar como titular del domicilio de forma conjunta e incluso figurar como herederas del patrimonio", detalla un portavoz policial.

La situación de "poder y dominio" sobre la víctima permitía a las mujeres acceder a las propiedades de las víctimas y hacerse con ellas dejando a los ancianos en la ruina. Los investigadores han comprobado que una de las detenidas se ha apoderado por este método de unos 50.000 euros. Cuando los ancianos se percataban de la situación real e intentaban ponerle fin rompiendo la vinculación con las mujeres y echándolas del domicilio, éstos eran víctimas de amenazas físicas por parte de otros miembros de la organización.