Una potencia en toda pista
El equipo español se ha adaptado a jugar en cualquier superficie
Feliciano López destroza a pelotazos una caja de plástico durante un entrenamiento. De esa caja han salido las bolas con las que Francis Roig, el segundo entrenador de la selección, le ha martirizado durante varios minutos, tirándole pelotazos, diciéndole que es momento de "sobrevivir", de "trabajar los reflejos", de conseguir "fuerza arriba", en el pectoral y los omóplatos, para cerrar los puntos con voleas. Saltan los pedazos de plástico y el técnico grita.
-"¡Albert!", le dice a Albert Riba, el director general de la Federación. "El precio de la caja se lo descuentas a Feliciano de su parte de los premios". Y los tres, Roig, Riba y López, se ríen. Después de derrotar a Israel en semifinales de la Copa Davis por 4-1 (ayer David Ferrer ganó a Andy Ram por 6-3 y 6-1, y Feliciano perdió contra Harel Levy por 7-5 y 6-2), España jugará del 4 al 6 de diciembre la final como local (hasta ahora la Federación sólo ha recibido una oferta de Las Palmas) ante la República Checa. Hasta esa ronda ha contado en sólo una de las tres eliminatorias con Nadal y Verdasco.
¿Qué explica que España sea el mejor equipo del siglo XXI, con tres títulos, una final y otra en perspectiva en nueve años? Que tiene cinco tenistas entre los 21 mejores -Nadal, Verdasco, Tommy Robredo, David Ferrer y Juan Carlos Ferrero-. Que cuenta con un grupo cohesionado, que está a punto de firmar con la Federación un acuerdo que remunerará mejor su presencia en el equipo. Y que, sobre todas las cosas, sus jugadores, impulsados por los nuevos reglamentos, han derribado todos los tabúes, como demuestra el título de 2008, conquistado en Argentina, bajo techo y sobre cemento.
"El ranking ha obligado a que nos adaptáramos a la pista rápida", explica Roig cuando reflexiona sobre el circuito, que ahora prima el cemento sobre la tierra. "Vivimos la conclusión de una época de transición. Antes había pistas, como las Voltex, que de rápidas eran un escándalo", continúa refiriéndose al cambio introducido por la Federación Internacional, que desde hace un año utiliza una máquina para medir que la velocidad de las pistas no sobrepase los límites reglamentados. "Ahora ya somos una potencia en pista rápida", añade.
Albert Costa, el seleccionador, ha recogido la herencia de Emilio Sánchez Vicario, que siempre subrayó lo emocional. Eso, como la táctica, será básico ante los checos.
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