El edil tránsfuga del PSPV de Dénia atesora cuotas de poder

Desde hace más de un año ocupa despacho en la zona más noble del Ayuntamiento de Dénia, con ventanales con magníficas vistas al casco histórico y al parque natural del Montgó. Allí está el concejal ex socialista Juan Collado, el tránsfuga que en julio de 2008 le dio el poder al PP al secundar una moción de censura. Collado es la piedra angular sobre la que se sustenta el actual gobierno de Dénia; si él abandona la estructura, el gobierno cae. De ahí que su despacho se encuentre también a escasos metros del de la alcaldesa, la popular Ana Kringe, en el área donde se asumen las principales decisiones políticas. Y eso pese a que ni siquiera es el primer teniente de alcalde. Da igual. Ningún otro edil tiene ese privilegio. Y Kringe no tiene a nadie tan cerca. Por si acaso.

Amigos de toda la vida no le hablan; otros sí, pero con cierta discreción

En esas flamantes dependencias Collado desarrolla cada día ajetreadas jornadas de trabajo: a primera hora de la mañana, resuelve trámites. A mediodía suele participar en alguna de las múltiples comisiones a las que pertenece, pues aunque nominalmente sólo es edil de Medio Ambiente y Agua, interviene en otras áreas de peso, como el urbanismo; por la tarde, atiende a los ciudadanos. Su teléfono echa humo. Es simpático y campechano en el trato corto. Se queja de que la Administración es lenta.

Nadie hubiera apostado por que este veterano militante socialista cuya carrera política había transcurrido en un discreto segundo plano -fue secretario local del PSOE- acumulara un día tanto poder. Ni tampoco que llegara a ser tan odiado: todavía hoy, más de un año después de la moción de censura, artículos de prensa y foros en Internet lo consideran el traidor que contribuyó a derribar el legítimo gobierno de Dénia que decidieron las urnas. Un antiguo compañero socialista asegura que "lo ha pasado muy mal, muchas noches de insomnio porque no es agradable ver cómo te insultan y te amenazan".

Collado es muy conocido en Dénia. Tiene vinculaciones con el tejido empresarial, sobre todo con la hostelería y con los pequeños constructores, y también con militantes de izquierdas, muchos de los cuales no podían creerse hace un año y medio que, pese a sus diferencias con la alcaldesa socialista Paqui Viciano, fuera a firmar la moción de censura. "Decían, a Juan le han ofrecido esto o lo otro, está sometido a una presión muy grande, pero recapacitará, él es un socialista de toda la vida y no apoyará al PP".

La semana antes de la votación de la moción se aisló no se sabe dónde y muy pocos pudieron localizarlo a pesar de los esfuerzos de todos los socialistas por contactar con él para que recapacitara. No lo hizo.

Amigos de toda la vida ya no le hablan. Otros sí, pero con una cierta discreción. Un alto dirigente socialista que le invitó a una celebración religiosa mandó un comunicado a la prensa local para aclarar que la invitación era estrictamente personal, que nada tenía que ver con la política. La anécdota, por reveladora, es famosa.

Durante estos tumultuosos meses de crisis política en Dénia, el hecho de que Collado resida en Els Poblets, un municipio de la costa situado a escasos kilómetros, le ha ayudado a evadirse de tanta crispación dirigida a su persona. Eso sí, la moción de censura le ha cambiado la vida. Antiguo pintor industrial, ahora es uno de los tres únicos concejales que tiene dedicación exclusiva y cobra más de 44.000 euros al año, 3.000 menos que la alcaldesa. No hay noticias de que haya engrosado su patrimonio. "No lo creo, no ha cambiado su estilo de vida y la oposición no ha podido probar nada", afirma un militante del PSPV, que prefiere mantener su anonimato. Pero la actual oposición le acusa de haber urdido una red de intereses y clientelismo con los fabulosos recursos que el gobierno local ha destinado a su área.