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Los reproches y la tensión se mantienen

El PP en Dénia se alió con tres partidos independientes y un edil tránsfuga del PSPV para desalojar a los socialistas de la alcaldía. La popular Ana Kringe llegó al cargo el 7 de julio de 2008 mediante una moción de censura. Los primeros días fueron muy duros. Manifestaciones de apoyo a la hasta entonces alcaldesa socialista, Paqui Viciano, abucheos a los nuevos concejales en las fiestas, constante presencia policial en los plenos.

Un año después, esa atmósfera tan irrespirable se ha diluido sólo en apariencia. El clima de tensión sigue en la calle y maniata la convivencia de una ciudad pequeña en la que todo el mundo se conoce: amigos e incluso familiares han dejado de hablarse; bares donde de pronto se hace el silencio; foros de Internet repletos de insultos; plataformas que nacen de la nada en apoyo de unos u otros.

Dénia no siempre fue así. Al contrario. Esta ciudad huyó siempre del clásico bipartidismo antagónico entre PSPV y PP y vio florecer numerosos partidos independientes acostumbrados negociar. En la actualidad, además de PP y PSPV, tienen representación en el Consistorio Gent de Dénia, Centre Unificat y PSD. A los tres se les asocia con el centro-derecha -los conservadores siempre estuvieron muy divididos- pero en este mismo mandato municipal Centre Unificat llegó a aliarse con el PSPV. Sin embargo, la decisión de esas tres fuerzas de firmar la censura con el PP y con el tránsfuga ex socialista ha abierto una brecha insuperable con la izquierda. Ya no se negocia nada.

En los plenos, gobierno y oposición no dialogan: intercambian insultos, improperios, gritos. Cualquier irregularidad detectada por un bando o por otro acaba en los juzgados. Este es también un cambio muy notable: Dénia se ha judicializado de forma radical. Debe ser la única ciudad de España en que la actual alcaldesa y su antecesora están imputadas por cinco causas distintas. A Viciano se le acusa de presunta malversación de fondos al haber defraudado supuestamente más de 20.000 euros al Ayuntamiento, de presunta prevaricación al haber favorecido supuestamente a una promotora con la venta de un camino catastral, de presunto delito electoral por haber inaugurado obras en plena campaña de 2007. Y a Kringe, de dos presuntas prevaricaciones: por haber ocupado un cargo en el Patronato de Turismo de Alicante de forma supuestamente ilegal y de haber desmantelado, también sin ajustarse a la ley, la anterior cúpula socialista de Urbanismo.

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