_
_
_
_
Reportaje:Tercera jornada de Liga

Un caso único en el mundo

Messi se convierte en el jugador mejor pagado del Barça después de renovar su contrato por cuarto año consecutivo y coronar una progresión imparable desde su salida de Rosario

Ramon Besa

Al médico de la calle Córdoba, en Rosario, Argentina, no le quedó más remedio que enfrentar a doña Celia y anunciarle que su hijo Leo, nacido el 24 de junio de 1987 en el número 500 de la calle Estado de Israel, en el barrio de Las Heras, era "un caso en veinte mil". Messi contaba nueve años, medía 1,27 metros y el historial clínico aseguraba que sus glándulas sufrían una "pereza atroz para fabricar la hormona del crecimiento" y, por tanto, le sería muy difícil alcanzar la condición de futbolista por más que los técnicos adivinaran a una figura mundial. Messi precisaba de un tratamiento médico que River se negaba a financiar como pedía su padre para dejar el Newell's Old Boys.

El argentino firma hasta 2016 y su cláusula se eleva a 250 millones
Más información
"No somos el equipo perfecto"
El sindicato internacional de futbolistas denuncia irregularidades en la renovación de Messi

La carrera del futbolista quedaba en manos del club que invirtiera los casi 2.000 euros que costaba estirar a la pulga. Y entonces apareció Horacio Gabioli, un agente argentino que negociaba con el intermediario Josep Maria Minguella, y en septiembre de 2000 le consiguieron una prueba en el campo 3, anexo al Miniestadi, con el infantil A del Barcelona que se medía a los cadetes. "Todavía no me había sentado en el banquillo, después de atravesar medio campo, y hasta mi mujer ya sabía que el bueno era Leo", recuerda Carles Rexach. "El problema no fue descubrirle sino ficharle porque a diario se planteaban nuevas preguntas en el club: ¿No crees que es muy pequeño? Y yo respondía: ¡Fichadlo! ¿Y si le cediéramos a un equipo argentino? Y yo, otra vez, resoplaba: ¡Fichadlo!". Hasta que Charly se hartó y, llegado del mes de octubre, tomó una servilleta de papel del restaurante del Club de Tenis Pompeia, presidido por Minguella, y extendió un contrato al que posteriormente dieron curso Joan Lacueva y Joan Castells en nombre del Barça. El 8 de enero de 2001 se firmaba un documento por el que se garantizaban siete millones de pesetas al padre del jugador en concepto de un puesto de trabajo dentro del fútbol base, una manera de encubrir una ficha para Messi, al que se aseguraba además el pago del tratamiento hormonal por unos 2.000 euros.

Messi ya no ha parado de crecer, y con el dinero que ha ido ganando hasta doña Celia ha podido regresar a Rosario con su hija porque no se acababa de adaptar a Barcelona. A sus 22 años, la pulga firmó ayer por cuarto año consecutivo la mejora de su contrato con el Barça: percibirá más de 10 millones de euros al año, más que ningún futbolista azulgrana, y su cláusula de rescisión pasa de 150 a 250 millones. "Aspiro a retirarme en el Barça", convino el jugador, consciente de que su nuevo acuerdo expira en 2016 -el anterior acababa en 2014- cuando contará con 29 años. "Me siento uno más de un grupo espectacular de jugadores".

Hoy no sólo es el jugador mejor pagado sino que responde a la condición de líder del equipo, rango que el entrenador le ha otorgado después de las salidas de Ronaldinho, Deco y Eto'o, y aspira a suceder también a Cristiano Ronaldo como mejor futbolista del mundo en las elecciones del Fifa World Player y del Balón de Oro.

"La renovación de Messi es una inmensa noticia", aseveró Guardiola, que le recibió en su despacho: "Le he dicho que jugaba muy mal y le he hecho diez mil correcciones": Un total de 83 goles en 165 partidos, desde su debut en la temporada 2004-05, certifican su reinado en el Camp Nou tras una mejora tan progresiva que cada curso se le ha tenido que revisar el contrato. El pequeño diablo, como le bautizó Fabio Capello en el Gamper de 2005, se ha convertido en el ídolo del Barça y en el saco de los golpes de Argentina. Messi necesita tanto al Barça como el Barça a Messi. Así que no debe extrañar que ayer se juraran fidelidad eterna.

Leo Messi saluda al presidente del Barça, Joan Laporta, tras la renovación del contrato del jugador.
Leo Messi saluda al presidente del Barça, Joan Laporta, tras la renovación del contrato del jugador.FCB

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_