Suspendido el concierto de Cohen tras sufrir un mareo
No se sabe si tocará otro día o se devolverá el dineroNo se sabe si tocará otro día o se devolverá el dinero
Más de 3.000 personas que acudieron al Velódromo Lluís Puig de Valencia para disfrutar de un espectáculo de música y poesía casi mística oficiada por Leonard Cohen, fueron testigos anoche -nada más sonar las primeras estrofas de Bird on the Wire- de un fuerte mareo que hizo que el cantante canadiense se retirara del escenario ante el riesgo de que se desmayara, hacia las diez de la noche. El mareo de Cohen fue provocado por un corte de digestión, que derivó en un cuadro de malestar general y vómitos, por lo que la organización decidió cancelar el concierto de Valencia, una hora después del incidente. Era el penúltimo concierto la gira por España, que tenía previsto concluir el lunes en Barcelona.Fuentes del entorno del cantante aseguraron que no fue un episodio grave, ya que incluso "él mismo quería volver a salir". Cohen, a punto de cumplir los 75 años, actuaba por primera vez en Valencia y parecía estar dispuesto a dar lo mejor de su repertorio en el penúltimo concierto de una gira por España que le ha llevado a Zaragoza y Bilbao para cerrar el lunes en el Palau de Sant Jordi de Barcelona.
La primera, y probablemente última cita, con Valencia se truncó
El concierto arrancó con el mítico Dance Me to the End of Love, sin que pudiera llegar a terminar el cuarto tema, mientras estaba en cuclillas frente a su público. No pudo levantarse, nada más comenzar el mareo, su equipo, ha ayudado por las tres cantantes que viajan con él, lo levantaron y sacaron de escena. El público lo despidió con aplausos.
Esta leyenda viva tiene un amplio repertorio elaborado durante más de cuatro décadas.Con la precisión de un etólogo a la hora de describir las emociones y los comportamientos humanos, hilvana canciones que hablan del amor y del odio; evocan el futuro; desentrañan religiones; rinden tributo a la mujer o abordan el sexo como parte imprescindible de las relaciones. Tocado con su inseparable sombrero, Cohen (Montreal, 1934) abordó así ante un público rendido -en un concierto que se esperaba de casi tres horas y duro media-. Estaba previsto que su cancionero incluyera las joyas que enriquecen su leyenda como Everybody Knows, Take This Waltz, Hallelujah, Suzanne o la ya eterna.
La primera -y probablemente última cita del poeta candiense con el público valenciano- se truncó. El público esperó más de una hora para volver a verlo. La organización pidió calma, agradeció la educación de sus fieles y les pidió que guardaran la entrada, previsiblemente para reemborsarles el dinero.
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