Una historia romántica
Desarrollo histórico de un triángulo amoroso, Una historia romántica logra interesar al lector mediante el uso de recursos narrativos tradicionales, como el manuscrito hallado y las cartas, obteniendo un resultado satisfactorio gracias a una prosa lírica y reflexiva, así como a unos personajes creíbles dentro del contexto de la época. Antonio Scurati (Nápoles, 1969) consigue dar vida a cinco jornadas de rebelión de los milaneses en 1848 a través de la pasión de dos nobles, Italo y Jacopo, por una muchacha, Aspasia. Y lo hace tiñendo la historia del exaltado sentimiento romántico de aquellos años, que mezcla el amor con el afán de lucha y la búsqueda de la muerte. La novela arranca casi cuatro décadas después de los hechos cuando el senador Italo Morosini recibe un manuscrito que le abrirá los ojos a lo que de veras ocurrió con su amigo Jacopo y su ahora mujer, la entonces bella y desprejuiciada Aspasia, de origen plebeyo. La descripción minuciosa de estos cinco días de revuelta de la población de Milán contra los austriacos ilustra las personalidades de los dos amantes, Jacopo y Aspasia. Scurati es atinado con las metáforas y tiene hallazgos expresivos interesantes, si bien a veces explica las acciones desde una perspectiva más filosófica que novelística. El final es bueno (Verdi regresando a la Scala con el estreno de Otelo) y acorde con el tono de la obra, legible y entretenida.
Una historia romántica
Una historia romántica
Antonio Scurati
Traducción de Juan Manuel Salmerón
Tusquets. Barcelona, 2009
394 páginas. 20 euros
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