Sobrevive el Mallorca
Un Villarreal superior cede su ventaja en un campo inundado
Bajo una tormenta de época, el Mallorca sacó un empate de El Madrigal que comenzó a vislumbrar cuando apareció el agua. Aún condicionado el juego por el estado del césped, el Villarreal se mostró con más ambición y destreza que su rival que, sin embargo, encontró premio en una acción aislada y a balón parado. Sin la precisión habitual, el conjunto de Valverde demostró buenas intenciones frustradas por el tremendo aguacero. En los instantes de más caudal de agua, los del Villarreal optaron por elevar el esférico y combinar por alto. No fue suficiente.
Las ocasiones de gol que genera el Villarreal resultan consecuentes con el juego que despliega, del intento de gobernar siempre el partido. El Mallorca no intentó discutirle la posesión. Con criterio, densificando la línea medular de jugadores, trató de llenar de peajes las vías de tránsito del despliegue amarillo. La precisión del Villarreal menguó con el aguacero. Inundado el terreno, no apto para la práctica del fútbol, se reanudó el segundo periodo, con la imposibilidad de que el esférico obedeciese trayectoria alguna. Las adversas circunstancias no variaron en nada el plan diseñado por los dos entrenadores. El Villarreal entendió que debía de jugar con toda la frecuencia posible en el terreno del rival, mientras el Mallorca pensó que defenderse le resultaría más sencillo con el balón flotando.
VILLARREAL 1 - MALLORCA 1
Villarreal: Diego López; Ángel, Godín, Gonzalo, Capdevila; Cani (Pirès, m. 54), Eguren, Ibagaza (David Fuster, m. 58), Cazorla; Rossi y Llorente. No utilizados: Oliva; Venta, Marcano, Bruno y Jonathan Pereira.
Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Ramis, Ayoze; Martí, Suárez (Bruno, m 85); Varela (Keita, m. 64), Borja Valero, Tuni (Castro, m. 64); y Aduriz. No utilizados: Lux; Rubén, Pezzolano y Víctor.
Goles: 1-0. M. 53. Rossi aprovecha un rechace tras disparo de Llorente. 1- 1. M. 74. Borja Valero marca de lanzamiento de falta directa desde 30 metros.
Árbitro: Paradas Romero. Amonestó a Varela, Capdevila y Aouate.
El Madrigal: unos 18.000 espectadores.
En seco y en mojado la calidad suele florecer siempre. Rossi aprovechó un rechace de Aouate para adelantar al Villarreal. Sin apenas decir nada en ataque, el Mallorca se encontró con una falta a 30 metros del marco de Diego López. Borja Valero, entendió que el húmedo tapiz podía aliarse con sus intenciones. Así sucedió. Al Mallorca le cayó un regalo del cielo en forma de agua.
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